Los rayos de sol calientan su cara. Todo es calma. No hay alarmas, solo almas que encarnadas en estos cuerpos de vez en cuando olvidan sus alas. Siente cómo pasa esa emoción y luego otra y otra y mil más. Pero no se detiene en ellas. De milagro se da cuenta que la invaden. No logra distinguirlas. Parece que todas se camuflan en cierta insatisfacción o aire de depresión.
Pero volvamos a su cara, y al sol. Calor. ¡Qué milagro de la vida poder sentir semejante sensación!
En este estado tan Pacífico es en el que ella logra sentirse ella. Solo es y no importa nada más. Silencio. Hay ruido, su familia habla pero ella no repara en ellos. Solo en esos maravillosos rayos de sol que la pintan de luz.
Se abrió la puerta, entró él. Más radiante y maravilloso aún que el sol que la iluminaba y le daba paz. Su estado de quietud en el sillón al sol se rompió con su presencia y no pudo otra cosa que ir directa hacia él. Un ser tan Hermoso que no cabe creerlo humano; sus ojos crean vida a su alrededor, brillan más que el sol y la luna y las estrellas, todos juntos. Y su silueta tan perfecta, angulosa, fuerte, segura y a la vez lo completa unas facciones y una mirada tan dulces. Este hombre la hace volar, lo ve y la conecta con lo que sea que ella sea.
Estaba justo frente a él. Una sonrisa y ojos de amor la estudiaban detalladamente, ella le sonríe y devuelve el amor. Corre a abrazarlo y él se hunde en el fresco aroma a manzanilla de sus cabellos. Y su voz, escucharla es ir al cielo, tan profunda, sublime diciendo: "te encontré"
Y con sus ojos empañados se levantó del soleado sillón y se fue a seguir con su rutina.
ESTÁS LEYENDO
Soñando despierta
RandomTodos aquellas palabras e imágenes que se aparecen por mi cabeza cuando me permito soñar despierta. ¿Alguna vez escuchaste lo que grita tu corazón? ¿Lo que anhela tu alma?