A veces sueño con volar. Ser como un pajarito, muy livianita y dejarme llevar. O mejor aún como una blanca y suave pluma que vuela con el impulso del viento. Qué lindo que te den aliento a elevarte y andar en esa dirección, la dirección que te hace feliz. La dirección que quiere tomar tu corazón, la dirección que Tú quieres tomar.
Y así andar, sin ataduras ni contracturas que dejan magulladuras. Disfrutar del calor del sol, de su luz y su color; del frío en la sombra invernal, el blanco del hielo, el gris del cielo cuando se aproxima una tormenta. Y ese sonido, el de la lluvia cuando cae con furia, como si quisiera gritar al viento todo su dolor. Ese asalto del agua nos trae un sonido tan melancólico. Te invita a meterte en la cama tapada hasta los ojos, con una buena taza de chocolate caliente, un libro y una buena compañía. Si que impulsan esos días tan tormentosos a una a sumirse en una tristeza tan agradable, o a dos en un amor tan cálido.
La cosa es que, con volar me refiero a esa sensación en el pecho de paz, de seguridad y tranquilidad. Esa que te da confianza para ser lo que es tu alma.
ESTÁS LEYENDO
Soñando despierta
RandomTodos aquellas palabras e imágenes que se aparecen por mi cabeza cuando me permito soñar despierta. ¿Alguna vez escuchaste lo que grita tu corazón? ¿Lo que anhela tu alma?
