Despierto sobre unas sábanas que son blancas como la nieve. No sédonde estoy, pero en mi cama, desde luego, no. No, a no ser que mimadre se haya llevado mi edredón de florecitas rosas (¿qué pasa? Amí me gustan). Miro a mi izquierda. Las paredes son de un tonogrisáceo; parecen fruto de un incendio ocurrido hace años, y en ellugar donde debería de estar mi ventana hay un agujero con barrotesdesde el que veo alguna que otra estrella en un cielo despejado.Definitivamente, ésta no es mi casa.
- Por fin te has despertado.
Giro la cabeza para ver al dueño de la voz que me ha sobresaltado.Instintivamente, tiro fuertemente de la sábana para taparme hasta elcuello. Él sonríe, consciente del repentino rubor que cubre mismejillas.
Se levanta del taburete en el que estaba sentado, se inclina hacia amí y posa sus labios sobre mi frente. Se separa de mí y noto unamareante sensación de vacío en la boca del estómago causado por ladistancia que nos separa. O, tal vez sea simplemente que tengohambre.
- ¿Cuánto tiempo llevamos aquí? – le pregunto.
- Prácticamente toda la noche.
Qué extraño. No recuerdo nada antes de despertarme en esta cama.Vale; llevo toda la noche en una habitación en compañía de Justin.Ésta parece la clásica escena en la que diría algo así como "noes lo que parece", pero lo cierto es que no recuerdo nada.
Noto como mis mejillas vuelven a teñirse de rojo; no entiendo porqué no puedo recordar absolutamente nada, es irritante y frustrante.
- ¿Cómo he llegado hasta aquí?
Por un momento, me parece advertir como se le ensombrece el rostro,pero enseguida recupera esa sonrisa suya que inspira tanta confianza.
- Te he traído por que alguien quería verte.
- Em... vale... - ¿Qué clase de situación anómala es ésta? - ¿Y te has preguntado si yo quiero ver a ese "alguien"? – no quiero ser borde, pero estoy segura de que algo se me escapa; además empiezo a oler a gato encerrado. Justin se está comportando de forma extraña - ¿podrías especificar un poquito más, si no es mucho pedir?
- No será necesario – dice una voz procedente de la puerta. Me giro repentinamente y casi tienen que sujetarme la mandíbula con una grúa para que no se me caiga – hola, Alanna.
No tengo tiempo para replicar porque un aterrador sonido procedentede la calle capta la atención de los tres. Miro por la ventana.Perdón, por el agujero con barrotes, y veo un montón de oscurassiluetas que surcan el cielo.
No, otra vez no...
.............
Despierto con la melodía de mi móvil, que descansa sobre la mesa.Observo el reloj de la mesita, cuyos números brillan en laoscuridad. Las cuatro de la mañana.
¿Quién será el energúmeno que llama a estas horas? Tengo los ojosprácticamente cerrados y la luz que despide el teléfono me hacedaño, por lo que descuelgo sin molestarme en mirar de quién setrata.
- ¿Quién es? – espero unos segundos sin obtener respuesta. Empiezo a desvelarme - ¿hola?
- ¿Fox? – la voz suena más como una afirmación que como una pregunta.
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TRAS LAS SOMBRAS DEL PASADO
General FictionMucha gente me ha animado a subirlo, esta terminado, pero iré subiéndolo poco a poco, espero que os guste, dejadme comentarios, os lo agradecería.