Capítulo 4

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Me quedé sin respiración, a continuación grité con desesperación.

-¡PAULA!

Intentaba coger aire pero no podía, un gran nudo oprimía mi pecho.

¿Por qué ella? ¿Quien le ha echo eso? ¿Por qué? No lo entendía.

Empiezo a temblar de rabia, las lágrimas amenazan con salir, no puedo retenerlas, se revelan contra mi y las muy traidoras ruedan por mis mejillas.

Lo único que tenía en mi vida, mi única familia, la única persona que conservaba, me la han arrebatado. Y ni si quiera sé por qué.

-Robin, llama a Edgar, dile que venga ya, es una urgencia.

La voz de mi jefe la escuchaba muy distante, como si fuese un simple eco de una pesadilla que acababa de comenzar, una pesadilla en la que estaba sola.

Siento unas manos agarrándome por los hombros. Era Jeremy.

-Niki, tranquilizate, escúchame, daremos con quien lo ha hecho, vengaremos a tu amiga.

-No era mi amiga.

Mi jefe me miró desconcertado.

Le miro a los ojos.

-Para mi era mas que eso. Para mí era mi hermana, la única persona que tenía en este mundo. Ahora estoy sola, no me queda nadie. Ya no tengo razones para ser prudente,si me matan ya dará igual.

Me caí de rodillas, mi mundo se estaba derrumbando, no me lo podía creer.

-Niki, le atraparemos, te lo prometo, pero tienes que recomponerte, si quieres vengar a tu amiga, tienes que hacerte fuerte, y solo después de vengarla, podrás derrumbarte.

Me dijo Jeremy, ayudándome a levantarme y sentarme en uno de los sillones que había en el despacho.

Tenía razón, no era hora de derrumbarme, tenía que ir inmediatamente a su casa, es desde dónde llamó, estoy segura.

Me levanto, y corro hacia la salida, tenía que ir ya.

-Niki, espera.

Hice caso omiso a Jeremy, salí tan rápido como pude y ni siquiera cogí el ascensor, bajé como alma que lleva el diablo por las escaleras.

Cuando llego a casa de Paula todo parecía normal, la puerta no estaba forzada y no había ninguna ventana rota.

Saqué mi arma y entré.

Todo estaba en silencio,esto no me daba buena espina.

Me dirigí al salón, cuidadosa,con el arma preparada por si acaso, lo que me encuentro no me gusta nada.

El cuerpo de mi mejor amiga, mi hermana, yacía en el suelo, sin vida, con una mirada de horror en sus ojos.

El arma se me cae de las manos y caigo al lado de ella,manchándome el pantalón en el gran charco de sangre que había a su alrededor.

Le cierro los ojos, y la cojo entre mis brazos,la acuno como si fuese un bebé, deseando que se despertase, que esto fuese una tonta broma que se le ocurrió a ella como castigo, castigo por no atenderla como es debido.

Pero estaba claro que no era una broma...No se despertaba y mis lágrimas comenzaron a caer por mi rostro, sin consuelo, sin remedio.

En ese momento noto unos brazos que me rodean delicadamente y me apartan del cuerpo de Paula.

Era Jeremy.

Grito, forcejeo, le golpeo... todo para que me deje a su lado, sigo llorando sin control, pero el ni se inmuta, deja que le golpee, que me desahogue y una vez me tranquilicé un poco, me arrastró fuera de la casa y me metió en su coche.

Sin más, arrancó a gran velocidad y nos alejamos de allí.

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