6. Gran día.

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Me desperté a las 6 de la mañana, y me fui a la ducha. Me duche rápidamente, porque tenía que estar en mi trabajo a las 7 y media de la mañana. Me vestí con un vaquero entubado, un polo grisáceo y mis vans negras, desperté a Samuel para que se fuera preparando mientras yo hacía el desayuno. No tardó mucho en bajar, desayunamos tranquilamente ya que todavía eran las 6 y media, preparé unos crepes con nutella y otros con sirope, también hice unos zumos de naranja.

Cuando terminamos de desayunar eran las 7 y nos fuimos directamente al coche para que yo no llegará tarde. Al llegar allí me encontré al que ahora sería mi jefe, él me saludó y comenzó a abrir la tienda, no tardaron mucho en llegar algunos de mis compañeros, eran dos chicas y un chico, fueron muy amables y simpáticos conmigo.

El día transcurrió atendiendo a todos los clientes y haciendo diversas cosas que ellos me fueron enseñando a lo largo del día, para que yo fuera aprendiendo poco a poco. Hasta que por fin acabo mi turno, vi que estaban Samuel, Thaís y Sara en la entrada, me despedí de mis compañeros y fui hacia ellos saludando a mis niñas con dos besos y luego abrazándome a Samuel y besando sus labios tiernamente.
Las chicas habían pensado pasar la tarde juntos cosa que no me desagradó para nada, ya que las había echado muchísimo de menos y se irían pasado mañana. Fuimos al centro de Madrid para pasear por sus calles y que ellas conocieran más la ciudad, hasta que decidimos pararnos en un bar a tomar algo y charlar un poco, la charla fue muy agradable hasta que salió el tema que para mi era tabú y si, por tema me refiero a Erick. Ellas me preguntaron si había hablado alguna vez con él desde que llegué aquí a los que les respondí que solo hable una vez  y ni siquiera hablamos porque no deje que terminara de hablar. Ya que me decía que se arrepentía y demás, solo le dije que era tarde. Sara me dijo que Erick en clase no atendía y que se le veía muy triste, a lo que le respondí que yo no tenía la culpa. Pero era inevitable que nos hiciéramos daño, parece que cuando dos personas se aman están destinadas a hacerse daño. Ellas me contaron cómo les iba en Tenerife al parecer Sara seguía con Aura, y Thaís había dejado a Dailos ya que resultó ser un capullo.
Terminamos de hablar y nos fuimos a un salón de juegos recreativos, nos pusimos a jugar allí, nos pusimos por parejas para jugar al air hockey sobre mesa, yo me puse con Thaís y Samuel con Sara, estaba claro que yo y Sara ganaríamos y para hacer más emocionante el juego nos habíamos apostado unas cervezas. Probamos muchos de los juegos que habían allí y sobre las 9 decidimos irnos a tomar unas cervezas ya que Samuel y Sara tenían que cumplir con la apuesta ya que mañana no trabajamos ni yo ni Samuel.

Nos paramos en un bar que tenía una terraza muy bien decorada, cogimos una mesa y empezamos a beber...

Miré el despertador y eran las 12 del mediodía, nos habíamos acostado muy tarde anoche entre caña y broma nos dieron las tantas, mire a Samuel que aún dormía como un bebé. Me levanté de la cama intentando hacer el menor ruido posible y no moverme mucho para que él no se despertara. Pero su mano rodeó mi cintura
y me atrajo hacia él para darme un corto beso en los labios.

Fui al salón y me puse a ver los dibujos mientras comía un paquete de galletas oreo y tomaba un vaso de zumo de manzana. Pasó un buen rato y note como Samuel bajaba la escalera, al mirar para el solo tenia el pantalón de pijama puesto y estaba sin camisa, pude ver su definido cuerpo, dios podría ser más perfecto este chico pensé para mi, se acerco a mi y me dio un suave beso.

Estábamos de camino a la piscina ya que habíamos decidido pasar el resto del día allí, llegamos sobre las 2, ocupamos unas hamacas y nos fuimos directamente al agua. Estuvimos un buen rato jugando en la piscina, realmente lo estaba pasando muy bien. Estaba en la hamaca y vi a Samuel venir hacía mi con dos helados, uno de uva (mi favorito) y otro de melocotón, nos tomamos el helado relajados, charlando hasta que, Samuel me miro y me dijo que quería decirme algo.

-Quiero... que tu y yo... estemos juntos -dijo mientras miraba al suelo.

-estamos juntos -dije yo divertido.

-Me refiero a... -comenzó a decir Samuel.

-Se lo que quieres decir -dije mirándole tiernamente. -y mi respuesta es sí -dije dandole un corto beso en los labios.

El me miró con alegría y correspondió mi beso, luego me levanto en peso y me tiró al agua junto a él -eso es por reirte de mi -dijo con tono de niño pequeño.
Yo me acerque a él mientras lo decía apoye mis manos en sus hombro y cuando él pensaba que le iba a besar, le hundí y comencé a nadar para que no me pillara.

Llegamos a casa y lo primero que me dijo fue que no hacía falta que buscará piso, ya que viviríamos los dos aquí, acepte, pero no sin antes decirle que yo también me haría cargo de los gastos del piso. Y así concluyó un gran día...

Siempre hay un pasado. (2do libro de la vida de un adolescente gay.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora