Belén, desacelerándote.

88 0 0
                                    

     En la parada , es la deriva de siempre que tenés hacer algo después de que Belén te deja todos los fines de semana desde hace meses diciéndote "no funciona". Te acordás que la conociste esa noche oscura después de esperar una eternidad en la estación de Constitución, cuando decidieron acompañarse un rato porque se dice que es peligroso. Se subieron a un colectivo apretado y sentiste el olor de su aliento: café y menta, no te equivocabas, detrás de los labios rojos.
     Ahora con el pie en el primer escalón, pensando estratégicamente si podés encontrarla en este, 18.10 camino a la Facultad de Medicina. Mirando desesperada los asientos, cuando en realidad no ves nada, nunca viste nada. Un escalón más y la cabeza se te hincha y empieza a rajar tu cráneo  Y estás en la duda mundial, todavía no sabés si querés volver a cruzártela, jugada de ajedrez, dilema  del día .
    Si te la cruzás y te habla, no sabés que vas a hacer, como siempre. Crisis de nervios y lágrimas de cocodrilo, como ella dice.  ¿Qué le vas a responder cuando te diga Hola y se te baje el rubor por toda la cara, mientras se te traba una piedra que no podes tragar en medio del cuello?
      Vas a empezar a transpirarte la planta de los pies y morderte la uña del pulgar derecho porque, aunque nunca te comiste las uñas, solés dramatizar los momentos.
Si es torta, es dramática- te dicen tus amigos.
     ¿Y si no te habla esta vez? ¿Y si te habla de la idiota que la besó, borracha el sábado, mientras vos llorabas a moco tendido en el baño del boliche? Si te habla vas a estar muy enojada. Crees que va a ser mejor hacerte la que no la ves al subir. Pero te vas a tomar justo ese, para ver su reacción.  Pensaste en todas las posibilidades y te bañaste en perfume, ese que le gusta tanto.
     Esperás a que se te acerque una vez más, te sonría y te lata el corazón a mil por hora como en el primer viaje.
     Ahí está, sentada en el último asiento, con la bufanda violeta que le regalaste. Das media vuelta y chocando con todas las puteadas de la fila, bajás de prepo. Te vas. Parece que ya elegiste. Con los pies en la tierra de nuevo, ponés un tema  de Spinetta y avanzás a paso lento mirando la avenida con los anteojos empañados. Estás convencida de que no vas a dejar que pase nunca más. Subiste a un taxi este lunes.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 28, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El trazo de TaniaWhere stories live. Discover now