Aspen y el Ángel rubio

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Estoy llegando a la conclusión que esta espera será interminable.

Llegamos al fin a Aspen, después de un par de horas de vuelo en el avión privado de Christian. Sigo sorprendida de la cantidad de dinero que tiene. Parece que el lujo le sienta bien, aunque Ana se ve bastante sencilla. Pudo ella no pertenecer a esta clase de gente antes. No la discrimino. De alguna manera me identifico, pues ni en un millón de años, antes de que todo pasara, podría pensar en gozar de estos privilegios.

Con sólo observar la increíble mansión en la que me encuentro, los coches de mi nueva familia, la casa de Christian y hasta mi habitación, caigo en la cuenta que no podré nunca acostumbrarme a todo lo que me rodea. Eso ya es un problema porque Hola! Soy adoptada. Si no me adapto aquí tendré que volver a la fundación. O a la calle... Olvídalo Mel, ellos no dejarían que te fueras. Ya te han tomado cariño o no?.

Mi subconsciente optimista al menos me saca de mis malos pensamientos. Lo agradezco porque con tanta gente que hay aquí, debo cubrir mis apariencias. O Eso creo..

He conocido a algunos miembros de la gran familia Grey, como la esposa de Elliot. Se llama Kate y parece una Barbie parlante. No me lo tomen a mal, pero la verdad es que no ha parado de hablar desde el avión hasta aquí. Es agradable y bonita pero con mi humor cambiante, no sé si tolerarla por mucho más tiempo. Veo que a Christian le pasa lo mismo porque la mira a veces como si quisiera asesinarla o callarla a fuerza de gritos. No puedo decir lo mismo de Elliot, que la mira como un bobo enamorado. Será que el amor los hace idiotas?.

Y los tortolitos infaltables de Ethan, el hermano de Kate y Mía que no se han dicho una maldita palabra pero se miran como si solo existieran ellos. Parece que han creado un mundo en donde solo caben los dos. Se ven adorables, pero vamos! Cuando termina el concurso de miradas?

Ana, Christian y su pequeño hijo han hecho al menos que mi viaje sea placentero. Christian habló conmigo casi todo el trayecto. Me he dado cuenta que sabe mucho y de todo un poco como me manifestó. La charla fue bastante fluida. Y Ana, es la dulce mamá que llena de amor a padre e hijo. Es muy divertida.

Estoy en mi cuarto, bastante acogedor diría yo recordando todo lo que he descubierto de esta familia y de repente me acuerdo de él. Tom Kavanagh. El chico que ha podido sacarme más sonrisas que las que tengo contadas durante mi infancia. Aún no sé cómo me siento respecto a él pero sé que me agrada... y mucho. Por eso mi madre pensó en invitarlo. Y no pudo tener mejor idea, pienso.

Viene con sus padres en aerolínea porque claro, por muy lujoso y placentero que haya sido el avión de Christian, no cabíamos todos. No veo la hora de que llegue ... Te estás enamorando de él Mel, no lo niegues.

Hago oídos sordos a mi conciencia y me dedico a guardar la ropa. No ha sido tanto lo que traje, ya que sólo pasaremos dos días aquí.

Me doy cuenta que golpean la puerta de mi habitación y permito que pase quien esté del otro lado:

Ana: Hola Mel, pudiste ordenar tus cosas? *pregunta alegre*

Yo: Si Ana... *respondo suspirando*

Ana: Bien que bueno. Aspen te va a encantar. Hay centros comerciales que podríamos ir a visitar...

Yo: Eso estaría bien Ana. Gracias..

Ana: No hay problema! Ah! Y por cierto, Christian me pidió que te buscara. Quiere mostrarte algo.

Yo: Si claro, voy contigo.

La casa tiene dos pisos y yo me encuentro en el último. Bajamos las escaleras y nos encontramos con Christian esperándonos.

Fantasmas de Melanie GreyWhere stories live. Discover now