Capítulo 5

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- Peter.... ¿Qué estas haciendo?-Una voz femenina nos interrumpe algo asustada, era la Sra. Marie.

Peter me suelta de mala gana.

- ¿Qué quieres, Marie? No ves que estoy ocupado- La mirada fría que mostraron sus ojos era realmente escalofriante. 

- Ni se te ocurra hablarme así, no acepto el irrespeto de nadie. Ahora mismo me explicas ¿Qué estabas haciendo con Phoebe así agarrada? ¿No vez que te mira con miedo? Tú nunca habías actuado así antes. 

- No es de tu incumbencia, Marie. Yo hago con Phoebe lo que me da la gana. 

- Si lo es, lo que hiciste con ella estuvo mal. Yo la cuidaré de ti si es necesario. -Lo miró desafiante. Nunca la había visto tan enfadada antes.

- ¡Pero yo la salve de la prostitución! ¡ Merezco ser recompensado!

- ¡Peter! - Grito la Sra. Marie con advertencia explícita.

- ¿Me salvaste de la prostitución?- Lo miré atónita por lo que acaba de escuchar.

- ¡Sí!- me gritó algo cabreado- Resulta ser que tu "querido padre", es dueño de un prostíbulo donde el embaraza a las mujeres cuando estás llegan a una edad en la cuál ya no son deseables para los hombres para que cuando den a luz, si es niña, su destino sea el de la prostitución. Tú ibas a seguir la misma suerte que las demás, ser una prostituta pero al tú ser virgen, te salvaste pues tu padre decidió venderte al mejor postor. 

Cerré los ojos con fuerza, lo que me dijo no puede ser real, me tape los oídos con las manos, no le creo.

- Así tu padre conoció a tu madre, pues ella trabajaba en el prostíbulo. Tu madre murió, sí,  pero no de lo que te hicieron creer, la asesinaron por intentar escapar contigo.

- ¡Ya Basta! Peter fuera de aquí.-Grito la señora Marie llegando hasta donde yo estaba para abrazarme. 

No me había dado cuenta de que estaba llorando. Peter ya se había ido y me había dejado aquí en la cocina con la Sra. Marie.

- Tranquila. -me hablaba en susurro.- Yo era una gran amiga de tu madre, aún recuerdo lo feliz que se veía cuando fue a hablar conmigo acerca de tu padre, ella creía que él la quería. Cuando conocí a tu padre sinceramente no me dio buena espina y se lo dije a tu madre. Ella nunca me creyó y se separo de mi. Lo próximo que supe de ella era que trabajaba en un prostíbulo y posteriormente que había muerto. Pero fue una gran mujer obligada a esa vida. No tienes porque sentirte avergonzada.

La señora Marie subió conmigo a mi habitación y se quedó conmigo hasta que quede dormida. Por suerte esa noche no tuve ningún sueño. Después de ese encuentro no volví a ver a Peter, no comía y prácticamente no dormía. Me trastornó lo que me dijo. No quiero volver a verlo, prefiero hacer cualquier cosa antes que dirigirle la palabra. 

Hubiera escapado antes si en esta casa las llamadas a fuera no fueran restringidas. Una vez en un intento por llamar a la policía Peter me amenazó fuertemente y mencionó un par de cosas que no quiero recordar. 

Alguien tocó la puerta. La Sra. Marie, ella era la única que podía entrar a mi cuarto con mi consentimiento, y si a Peter se le ocurría aparecer en mi cuarto me le tiraba encima para golpearlo.

- Phoebe, cariño. Dale una oportunidad de hablar, él no sabia lo que estaba diciendo. -dijo la señora Marie dejando el almuerzo en un mueble que estaba al lado de la cama. -Sé que no me puedo disculpar por él, pero Peter siempre a sido el más tranquilo de los hermanos. Tiene que haber una explicación para su comportamiento.

- Déjalo, no quiero saber nada de él.

- Solo quiero una oportunidad para explicarte, es todo lo que pido.- Dijo apareciendo de la nada en la entrada de mi habitación.

- No quiero volver a verte. ¡Fuera de aquí!

Intente levantarme para cerrarle la puerta en la cara, pero por lo débil que me encontraba por no comer, me caí al piso. Sentí que Peter me alzaba en brazos.

- ¡Suéltame!- dije golpeándolo en el pecho.- Prefiero estar en el piso.

- Cálmate, estas muy débil. Te estas matando. Tienes que comer Phoebe. 

- Morir es mejor que estar cerca tuyo. Ahora bájame. 

-Perdóname, pequeña. No era mi intención, no sabía lo que hacia.

Me abrazo fuertemente mientras se sentaba en la cama conmigo en brazos.

- ¡Suéltame!- trate de apartarme.- Claro que sabías lo que decías, si no me hubieras querido hacer daño esas palabras nunca hubieran salido de tu boca.- intenté apartarme nuevamente pero me apretó aún más.

La señora Marie solo miraba la escena. 

- ¡Perdóname!

Tenía su cabeza enterrada en mi cuello. Él me asqueaba, me enfurecía. No quiero pasar más tiempo con él. No quiero pasar más tiempo en esta casa.

- ¡SUÉLTAME! - le dije fría- No quiero volverte a ver.

- Perdo...

- ¡Te dije que me soltaras!- Dando un fuerte empujón que lo hizo separarse un poco de mí.

Me soltó y cuando lo vi, se veía desesperado y angustiado.

- Solo mantente alejado de mi.-Dije hablando prácticamente en un susurro.

Lo eché de mi habitación. Pero la Sra. Marie se quedo conmigo. Poco a poco se fue acercando a mí.

-Te ayudare a escapar, si eso es lo que quiere. 

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Hola, disculpen el retraso un poco largo. Pero he estado ocupadita. :D 

Sé que algunas me quieren matar, pero calma. Ya regresé. 

Creo que mañana subo otro capítulo para compensar los que no he subido en estas tres semanas que han pasado.

Las extrañé.

Atte: La escritora. 

Dejen sus comentarios y votos :D Se los agradecería enormemente. 

Gracias por no abandonar la novela. 

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora