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Un fuerte y embriagante olor me hizo despertar, estaba confundida, parecía oler a humo, como algo quemándose,  estiré mi brazo hacia atrás esperando encontrarme a Rubius con la misma cara de confusión, pero no fue así, no había rastros de el, me levanté de la cama con las inefables ganas de que no fuera Rubius el causante del humo, me envolví en las sábanas tratando de improvisar un vestido con ellas caminando a tientas a causa del sueño que me impedía pensar con claridad... cuando abrí la puerta, sentí como mi sangre hervía por la rabia, y mis manos abiertas se volvían puños.

Rubén esta empezando a furmarse un puñado de hierva envuelto ligeramente en un papel blanco que había arrancado de algún cuaderno, ni siquiera se había molestado en vestirse, tan solo llevaba puestos sus bóxers.

-¿Qué mierda haces?.- lo miré a los ojos esperando atentamente su respuesta.- Se supone que lo hacías por mi, no quiero sonar narcisita o egocéntrica, pero...ya estoy aquí.

Rubén apagó el porro contra la mesa y estiró sus brazos para acercarme a él, tenía tantas ganas de alejarme, pero me percaté del incómodo silencio que afrontábamos.

-¿Rubius...?

Se apartó un poco de mi cuello para después susurrame algo al oído "Mi abuelo murió...una semana después de que te perdí"

Se me hizo un nudo en la garganta cuando pronunció esas palabras, ¿Su abuelo? ¿El único que me trató bien de su familia? ¿El que me dedicó una de sus sonrisas cuando todos estaban en mi contra? Lo único que se me ocurrió fue abrazar a Rubén lo más fuerte posible, no pude evitar que se me salieran un par de lágrimas.

-Judith, lo siento...

-¿Qué?

No estaba entendiendo nada hasta que sentí el peso de Rubén contra el mio, como si se hubiera desmayado, intenté alejarlo de mi, pero era muy pesado y alto en comparación mía.

-¿Rubius?... ¡Rubén!

Grité con todas mis fuerzas, pero me di cuenta de lo inútil que resultaba hacerlo, como pude intenté arrastrar a Rubén hacia su cama mientras Raspy y Wilson no paraban de maullar alrededor de nosotros, le di un golpe a la puerta con  mi cadera para después colocar lentamente a Rubén sobre la cama para ver que estaba pasando.

No tardé mucho en darme cuenta como la sangre salía de sus muñecas empapando la cama.

Joder, si algo aprendí de mi carrera de medicina fue que cuando hay hemorragias, se debe presionar la herida hasta que deje de sangrar, caso contrario, podría morir.

Tomé un lado de mi vestido improvisado y lo amarré contra la muñeca izquierda, estaba llorando mientras presionaba, hice lo mismo con la muñeca derecha, y después de unos minutos ambas dejaron de sangrar, pero Rubén seguía inconsiente, detrás de las heridas recientes habían múltiples cicatrices, verlas me causó un asco total, me enferma recordar que yo hice eso alguna vez,realmente me sorprende que siga viva...

Corrí hacia el baño para coger el agua oxigenada junto al alcohol y las gasas que había sobre el lavabo.

Vertí ambos frascos sobre las muñecas de mi novio, esperando que el dolor lo despertara,  y así fue, apenas despertó limpié sus heridas.

-¿Es en serio? ¿Me estas castigando? ¿Quieres hacerme sentir lo que tu sentías cuando estabas conmigo? Si te hice sufrir,lo siento...pero no me hagas esto.-tomé un poco de aire para continuar-.por favor...-la voz se me quebró un instante con mis últimas palabras.

-¡No digas eso! ¡No es eso lo que quiero! ¡tenías razón, es la única forma de desahogarse!

Sus ojos me reflejaban el miedo que sentía, y las ganas de acabar con lo que queda de él.

Le di una cachetada.

-No me jodas, sabes que no es cierto...tu me lo dijiste.

-Desde el principio de todo esto quiero protegerte, pero ahora no es el momento, despierto en las madrugadas por culpa de los buenos recuerdos junto a mi abuelo, y las pesadillas en las que te veo irte por la puerta y no volver,no quiero hacerte caer en esto de nuevo, amor.

-Rubén, si yo salí de esto, quiero que tu igual, estoy dispuesta a quedarme junto a tí...para siempre, pase lo que pase.

-Maldigo el día en el que te dejé ir...pero no creo poder salir de esto.

Ya no me miraba a los ojos, su mirada se había oscurecido y cambiado totalmente de dirección.

Levanté su barbilla y lo besé.

-Rubén, tu abue estaba muy orgulloso de ti, ¿sabes? Para empezar me aplaudiria ahora mismo que te he dado una cachetada, por que eres idiota si piensas que no superaras esto, por que serías más que un idiota si no  enorgulleces a tu abuelo saliendo adelante.

-Eres la mejor media novia que he tenido.

-¿Media novia?- Estoy confundida, ¿se refiere a amiga con derechos? Cómo diga que si, lo castro ahora mismo.

-Eres muy bajita, preciosa.-dijo levatandose de la cama.

-Esta "bajita" te arrastró desde la sala hasta acá, sin ayuda.- me crucé de brazos cuando se puso frente a mí.

Rodó los ojos y pasó olimpicamente de mi respuesta.

-Te compré algo cuando me enteré que yo no era el verdadero padre del hijo de Rose,...También dejaste ropa aquí cada vez que te quedabas a dormir, te he dejado unos cajones para ti.-dijo tirando hacia atrás suavemente de mi cabello para besarme.

-Eso explica el odio repentino hacia mi ropa interior anoche.

Rubén lanzó una carcajada y después puso una caja roja enorme con un lazo blanco ligeramente sostenido a ella sobre mis rodillas.

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Cambio de Roles » Rdg;2TPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora