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Rubén decidió acompañarme a casa, le había contado sobre el drástico cambio en mi familia, y que iba a intentar perdonar a mis padres, íbamos agarrados de la mano por las calles inundadas por gente sin rostro, después de unas cuantaa horas bajo el sol finalmente llegamos a mi nueva casa.
-¿Finalmente conoceré a tu padre? -preguntó con algo de amargura.
-No seas tan cruel, si yo los perdoné, no veo por qué tú no.
Toqué el ruidoso timbre y segundos después mi mamá apareció con su rostro cansado tras la puerta.
-¡Judith! Estás bien, pensé que te había pasado algo.
Por primera vez sentía esa punzada de dolor que las chicas normales sienten cuando ven mal a su madre.
-Ya, ahora si le importa su hija,¿no? -dijo Rubén entrando junto a mi.
-Rubén, lo siento, se que no he sido la mejor madre...
-Lo sé, no se acerca a una.
-¿Y tú quien te haz creído para hablarle así a mi mujer?
La gruesa voz de mi papá retumbó por la habitación haciéndome entrar en escalofríos.
-Quien hace sentir bien a tu hija en una cama.
Mis ojos se abrieron como platos y lo primero que hice fue darle un golpe en el hombro.
-¿Te acostaste con este cretino, o te obligó ?- los ojos miel de mi padre pasaron de Rubén a mí.
Mi novio no paraba de reírse ante la pregunta de mi padre.
-¿Que si quería? ¡Me pedía a gritos que la haga mía!
Tomé el brazo de Rubén y lo arrastre hasta arriba.
-¿Tú eres tonto? ¡Son mis padres!
Estaba realmente molesta, sentía la sangre hervir, ¿Por qué  es así con mis padres? Se que tiene problemas,pero...mierda.
Lo empujé, haciendo que cayera de bruces sobre la cama.
Cuando volteó me jaló los brazos para que cayera junto a él.
-No me hables.
Me di la vuelta,dándole completamente la espalda.
-¿Seguro quieres eso?
No respondí y me arrepentí de no haberlo hecho, salió de mi habitación y dio un portazo.
Bajé las escaleras tan rápido que resbalé, sentía un dolor intenso mientras rodaba, escuché el grito despertado de mi mamá y minutos después Rubén estaba intentado levantarme en sus brazos, me dolía la cabeza, demasiado.
-Es mi jodida culpa.- dijo Rubén.
-No seas idiota, me he caído yo sola, estoy bien.
Noté como mi papá no paraba de lanzar miradas asesinas a mi novio, las personas que nunca han sufrido juzgan a los que sí, solo por no estar de buen humor siempre,patético.
Mi celular empezó a sonar y Rubén contestó.
-¿Mangel? ¿Qué pasó?
No se podía escuchar bien, pero sea lo que sea sabía que no estaba bien, después de un rato colgó.
-Me están buscando, son los mismos tipos de ayer, y han intentado golpear a Mangel para ubicarme.
-Mierda, Rubén ni pienses en irte.
Parecía no escucharme simplemente se dio la vuelta y se alejó.
-No quiero que te hagan nada a tí, iré por ellos.
Intenté levantarme pero mis padres me pararon, instantáneamente el pánico me invadió.
-¡Rubén! ¡Déjenme ir por el! ¡Lo van a lastimar!
Las lágrimas gélidas caían por mis mejillas, no quiero esto para el, no quiero que viva lo mismo que yo, muchas de mis cicatrices son causadas por esos hijos de puta.
-¿Está metido en una pandilla?- preguntó mi papá.
Rodé los ojos y me levanté del sofá.
-Está en líos con unos narcotraficantes.
Mi mamá se puso frente a la puerta principal de madera para invadirme el paso.
-No vayas, deja que se los arregle solo, tú no tienes nada que ver...amor.
Eso me terminó de colmar la paciencia, realmente no me conoce, lo que yo pasé está clarísimo en mi mente, y no lo ocultaré, me da igual si les doy pena al resto o no, fui lo que fui y ahora el amor de mi vida está enterrándose en un pasado el cual no le pertenece.
-Mamá, yo fuí parte de eso mucho antes que él.
-¿Qué demonios pasa contigo? ¡Te estás exponiendo al mal mundo! -me gritó mi papá- Vete a tu cuarto ahora, y mejor olvídate de ese chico.
Cogí mi móvil y llamé a Mangel.
Un...,dos..,tres...tonos.
Nadie contesta.
Estuve llamando durante toda la noche a Mangel y a Rubén, pero no me contestaron, entre lágrimas y los pensamientos positivos para conciliar el sueño, logré dormirme.
[...]
3:34 AM
Por fin mi celular sonó, era Rubén, rápidamente me levanté de la cama y di vueltas por toda la habitación.
-¿Rubius?
-Los he perdido, estoy fuera, ábreme rápido, por favor...
Su voz se iba apagando poco a poco, lo que me puso los nervios de punta, me dio igual hacer ruido, abrí la puerta de mi habitación y baje las escaleras de dos en dos.
Cuando abrí la puerta, Rubén cayó inconsciente encima de mí , no pude evitar gritar...todo estaba oscuro y no podía verle el rostro, estaba mojado, no logró diferenciar si es sudor o sangre, espero que no sea sangre.
Las luces se encendieron y mis padres aparecieron a nuestros costados.
-¡Está sangrando! ¡Dios mío! ¡Llama una ambulancia!-gritó mi madre ayudándome a quitármelo de encima.
-Si saben que está herido, supondrán que irá al hospital, y lo encontrarán.
Cuando lo cargamos hasta el sofá, me di cuenta de lo que en realidad pasaba, lo habían acuchillado por el costado, su camisa azul marino, ahora era negra, y sus manos estaban llenas de sangre, sin mencionar lo golpeada que tenía la cara.
-Judith, ve a lavarte la sangre, nosotros lo limpiaremos, ¿Vale?
Asentí y subí.
Me metí a la ducha intentando toda la sangre, a pesar de que ya no tenía, aún la sentía sobre mi, será mejor que me deje de paranoias...Es solo sangre, Rubén estará bien...lo sé.
Admito que tengo miedo de perder a Rubén, o a alguien más cerca de mi círculo social, esta gente me está intimidando y me estoy dejando...
Mientras me ponía el pijama, miré la foto que tenía junto a mi hermano.
-Estaré mejor, lo prometo...
La puerta sonó, pero nadie pasó, mi mamá siempre entra sin avisar, y con lo enfadado que está mi padre dudo que el tenga la paciencia para hacerlo.
Abrí la puerta.
Rubén levantó la mirada y me sonrió.
Me abalancé sobre él echándome a chillar, me correspondió el abrazo mientras me depositaba cálidos besos en mi cuello.
Se lo veía muy tierno con la camisa de mi padre puesta, ya que le quedaba algo grande.
-Tengo miedo a perderte...-dije entre lágrimas.
Rubius me tomó del brazo y me guío a la cama, allí nos acostamos juntos, mientras el me acariciaba el cuerpo y me susurraba cosas lindas al oído.
-No me vas a perder, amor...

Cambio de Roles » Rdg;2TPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora