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JUDITH
Los seguí varias cuadras, cuando llegamos al fin a una especie de edificio abandonado, al parecer, el lugar de encuentro, ya no era más en el restaurante de la familia de Drake o más bien <<Parche>> como le gustaba que el llamaramos.

-Espera aquí, tenemos que checar si quiere que pases.

Ruben se echó a reír pero después asintió.

Cuando ambos hombres corpulentos desaparecieron por la parte trasera del edificio, me decidí a hacerle frente a Rubén.

-¿Tú estás demente? ¿Con Parche? ¡No me jodas! Hay que ser tonto, Dios... ¿Sabes que pasa si te lo topas de mal humor? ¡Gracias a Dios, a mi no me mataron! Pero del hecho de ser chica no los detuvo de golpearme hasta dejarme inconciente, y lo que te pueden hacer a ti, ¡Ni me lo imagino! ¿Tráfico de drogas? ¿Tan bajo caíste? ¡Eres un idiota!.

Yo no para de gritarle, Ruben se había exaltado al verme, y llevaba rato tratando de callarme.

-¿Qué dices? Haz silencio, y vete...- susurró.

-¿ESTÁS LOCO?

-¡CÁLLATE DE UNA PUTA VEZ, JUDITH!

-¡NO! ¡No me iré sin tí! ¿Tienes el dinero?

Su mirada me lo dijo todo, estamos en  problemas.

-¡SERÁS TON...

Rubén me empujó contra unas vayas, me asusté por la fuerza en que lo hizo, y me callé, iba a lanzarle unos insultos más, pero me besó desesperadamente, me apretaba contra el muy fuerte, tanto que dolía, intente apartarlo a golpes, pero solo servía para que me tratara con más brusquedad intentando que dejara que me besara.

Entré abrí los labios para darle paso a los suyos, su desesperación bajó hasta que sus apretones se convirtieran en caricias por todo mi cuerpo, y sus labios me besaran con extrema delicadeza.

Me soltó por falta de aire, sin dejar de mirarme a los ojos con dolor, mis rodillas temblaban ante su tacto, y toda preocupación se había esfumado de mi mente.

-Vamonos antes de que nos vean.

Rubén y yo corrimos más de cinco cuadras para tomar un taxi, los de la banda de Parche no nos iban a dejar pasar por alto, me encontrarían con Rubén y quien sabe qué nos harían.

Estaba muriendo de frío, mis dientes casteñeaban y mis manos temblaban, Luzu tenía razón, llovía justo en este momento, las gotitas de lluvia en las ventanas transparentes del taxi, hacían una especie de carrera, y las calles de Madrid estaban completamente mojadas.

Rubén regresó la mirada hasta mi, y sonrió.

-Te vuelvo loca.

Rodé los ojos, pensé que dejaría de ser tan idiota después de esto, pero creo que me equivoqué.

-Vale, no te enojes, estoy bromeando.- dijo envolviéndome con sus brazos.

Llegamos a su departamento, era igual, no había cambiado nada, apenas entré sus gatos me saltaron a los pies y comenzaron a hacerme cosquillas, me agaché para mimar un poco a Raspy y Wilson, pero Rubén me interrumpió.

-Ven.

Me extendió ambas manos para levantarme, lo acepte, ya apenas de pié, me estrechó entre sus brazos, tan fuerte como si me iría para nunca más volver.

Tiró con cuidado mi cabeza hacia atrás para poder besar mi cuello, me dejé, lo necesitaba y era algo que quiera o no, debía de aceptar.

-Te extrañé...-susurró en mi oído, mientras mordía ligeramente mi lóbulo.

Levanté ambas piernas y las coloqué al rededor su cintura, dejándome más arriba que el, lo aparté de mi cuello, para besarle esos cálidos labios que me enloquecían mientras recorriamos a tientas por el departamento hasta llegar a su habitación.

Me tumbó en la cama, ya se como terminaría esto, pero...si íbamos a tener sexo, yo debía de sentirme bien.

-Rubius...No creo que...- empecé a decir, tenia que vengar estos dos años en los que se tiraba a las chicas sin parar.

-¿Qué pasa, amor?

Estaba completamente distraído con mi cuerpo, me acariciaba y depositaba besos por doquier.

-Seguro estuviste con varias chicas en esta misma cama.

Rubius se limitó a reírse de mi observación.

-¿Te crees que traería a putas a la cama en donde sólo dormíamos tu y yo?

Sonreí, amo a este chico, sinceramente.

-El toque de niño problemas no te queda nada mal, eh, si no lo usas conmigo.-dije entre risas.

Tiró de mis short's en menos de un minuto, y se acomodó sobre mis caderas mientras me quitaba el top con cuidado, quedándome sólo en mi ropa interior de encaje negro.

Rubén tiró de su cabeza hacia atrás, mirando fijamente el techo.

-¿Qué pasa?.-dije asustada.

Cerró los ojos demasiado fuerte antes de volver a mirarme.

-Estoy intentando ser lo más delicado posible, pero con lo buena que estas...

Me dedicó una sonrisa antes de proseguir.

Me deshice de su camisa para tener a la vista su trabajado abdomen, pase mis dedos sobre lentamente hasta llegar a sus pantalones.

Una vez ambos en ropa interior, arrancó mi brasier, mierda, seguido de eso repitió el acto con mis pantis.

-¿Estás loco? ¿Cómo piensas que me vaya?.

Estaba furiosa, era capaz de dejar esto ahí, no iba a irme enseñando todo, sabes.

-Esa es la idea.

Acarició mis pechos uno a uno mientra los besaba, no pude evitar gemir cada vez que me mordía.

De un momento a otro me penetró con fuerza, me dediqué a arañarle la espalda de placer y a besarle a sí.

Se movía siguiendo un ritmo, y me besaba cada vez que podía.

Cuanto había extrañado sus besos...

Cambio de Roles » Rdg;2TPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora