-Ugh, Chad, échate para allá.
-Si tanto te molesto, haberte puesto en otro puto sitio, David.
-Cállate, imbécil.
-¿Podeis cerrar la puta boca los dos? -mi hermana se giró enfadada.
Mi hermano resopló y volvió a mirar por la ventana.
-Venga, ya esta, llevaros bien -dijo mi padre.
Yo puse los ojos en blanco. Si quieres que nos llevemos bien, no nos metas a los tres en un coche más pequeño que mis planas tetas.
-¿Cuanto queda? -pregunté.
-Ya casi llegamos -sonrió mi madre, mirándome.
-Geniaal... -dije con sarcasmo.
-¿Verdad? -ella aplaudió. Realmente, no se de dónde saca la energía esta mujer.
Y en efecto, un rato después mi padre se metió en un barrio residencial. Aburridas casitas algo pijas cerca de una ciudad. Todas de dos pisos, con un gran jardín, y pinta de tener perros y cuadros religiosos y manteles de flores a juego con las cortinas. Llegábamos aquí porque habíamos hecho un viaje en coche de punta a punta de Australia. Bueno, en realidad sólo eran tres horas de viaje. Pero casi.
-¿No es bonita la casa que compró en abuelo? -comentó mi madre antes de bajarse del coche.
Ugh, mi abuelo. El paterno, un famoso empresario dueño de cientos de tiendas en muchísimos países. Mi abuelo materno, un humilde pescador. No es por ser pesimista, pero no me gusta la gente con pasta. E intento ser vegana. Ya veis mi situación familiar.
En cuanto entramos a casa, cada uno se fue a hacer sus cosas. Y es que aquí, cada uno va un poquito a su bola. A mi madre le gustaba viajar, la ropa y las cosas pijas. Mi padre de conformaba con cocinar, la naturaleza, y tener contenta a mi madre. Mi hermana, Alba, estudiante de física, era una otaku desde hace años, rara vez salía de casa, su primer, único y actual novio era un saxofonista que había tocado con ella en una banda de rock instrumental. Qué normal. Mi hermano, David, aunque tuviese ya veinte años, dos menos que mi hermana, llevaba tres años sin estudiar y casi sin trabajar. Qué familia.
Yo lancé la maleta por mi habitación y me tiré en la cama. No iba a deshacerla, ni ducharme para relajarme, ni salir a saludar a los vecinos, yo no soy rayis ni nada. Aunque, desde la ventana vi un árbol enorme, y me fui a dibujar. Porque bueno, si quería estudiar bellas artes tendría que practicar. Y creo que, a tres meses de empezar la carrera, un dibujo al año no vale.
Estaba a la sombra del árbol, apoyando los pies en el muro, cuando unas voces gritonas me llamaron la atención.
-¡Hey, mira, unos pies en la casa abandonada! -dijo un chico.
-¡Uuuh, pies fantasma! -se burló otro.
-¿Fantasma? -dijo una tercera voz, entre asustada y emocionada.
-Si, Ash, vamos a apagar la luz para que te coman los pies fantasma -dijo otra voz distinta a todas las demás, pareciendo algo cansada.
Yo me reí un poco, y me concentré en mi dibujo. Un rato después escuché un grito mucho más fuerte que los anteriores, y después un:
-SALVADME PIES FANTASMAAAA -mientras un chico de pelo azul disfrazado de dinosaurio saltaba el muro y se metía en mi jardín, seguido muy de cerca por otro chico de pelo rizo disfrazado de cerdo. Los ignoré, a pesar de que se hubiesen colado en el jardín.
Un segundo.
ESOS CHICOS TENÍAN DISFRACES DE CERDO Y DINOSAURIO.
DINOSAURIO.
Ojalá tuvieran uno de unicornio para mí también.
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Hola! Yo me llamo Lúa y pues soy la autora de este sensual fanfic. Este capítulo es bastante más corto de lo que los haré para ver qué tal va, si veo que no tiene futuro, o no le gusta la novela ni a mi prima la de cuenca, pues dejaré de publicarla. Así que votad y comentad si podeis, ahora más que nunca, para motivarme a seguir subiéndola.
Siempre estoy abierta a críticas constructivas que me ayuden a mejorar, por cierto :)Chaaoo:3
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¡Enana! -5SOS
Fanfic-¿Enana yo? ¡Si tú eres un gigante, mides 1'85, Ash! -Pues por eso tú eres aún mas enana -replicó él. -Ashton, eso que acabas de decir no tiene ninguna lógica. -Cállate Calum, tu eres chino. -¡QUE NO SOY CHINO, CHICO DE CABELLO DE PUTO VÓMIT...