CAPITULO 3:
Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta de que la furgoneta había parado enfrente de una enorme casa situada en un pequeño barrio privado donde todas las casas eran iguales, hasta que recibí un golpe por parte de Marce.
- Hey melona que ya hemos llegado! En qué pensabas? -preguntó mirándome fijamente.
- En nada -respondí sacudiendo mi cabeza- y no me llames melona! -gruño-
- Si tu lo dices... -dijo encogiéndose de hombros- y no te hagas la tonta, sabes que te gusta que te llame melona -me miró burlona a lo cual yo solo rodé los ojos-
- Vais a bajar o vais a quedaros todo el día de cháchara dentro de la furgona? -nos interrumpió Anii un poco molesta ya fuera mientras cargaba con sus maletas las cuales el chofer había sacado previamente del maletero junto con las de Marce y las mías.
- Si ya vamos -respondió Marce bajándose inmediatamente de la furgoneta para recoger sus maletas, acto que yo imité.
Pasamos por el pequeño sendero del jardín delantero y entramos en la enorme casa. Una vez dentro, nos quedamos paradas en el hall mirando sorprendidas todo lo que nos rodeaba, la casa era más grande de lo que aparentaba por fuera...
-Woow! -exclamó Anii- Esto es enorme... me pregunto si las habitaciones serán igual de grande... -añadió mirándonos con una pequeña sonrisa cargada de maldad antes de empezar a correr hacia las escaleras- Me pido la habitación más grande! -gritó mientras subía por las escaleras cargando con sus maletas.
Marce y yo reaccionamos enseguida y empezamos a subir por las escaleras con las maletas a cuesta a base de empujones y distracciones intentando alcanzar a Anii que se había tropezado en el último tramo de escalones e intentaba levantarse. A los pocos segundos, estábamos las tres llegando al último escalón, cuando siento que Anii me empuja riéndose provocando que me caiga encima de Marce, pero ésta antes de que Anii pueda avanzar la coge por el pie haciendo que caiga encima de una de sus maletas. Pero antes de lo esperado, ésta se recupera a la par mía y empezamos a correr empujándonos y poniéndonos la zancadilla hasta llegar a la habitación principal situada al final del pasillo de la primera planta. Entramos casi a la vez y ponemos las maletas encima de la cama de matrimonio que ocupaba gran parte del espacio de la habitación.
- He llegado la primera! -decimos al mismo tiempo fulminándonos mutuamente con la mirada- Mentira! Yo lo hice primero! -volvimos a decirlo a la vez.
- Yo he llegado primero! -dijo Anii.
- No, yo lo hice primero! -repliqué.
Tanto Anii como yo estábamos tan metidas en nuestra pequeña pelea sobre cuál de las dos había llegado antes, que no nos dimos cuenta de que Marce había entrado en la habitación con sus maletas, las había puesto sobre la cómoda y había colocado parte de su ropa en el armario.
- Queréis callaros la boca? -gritó sobresaltándonos a ambas ya que seguíamos metidas en nuestra pelea- Me estáis molestando en mi habitación, así que salid -dijo empujándonos fuera de la habitación mientras protestábamos, para después cerrarnos la puerta en la cara-
-Eso es trampa Marcela! -grité pegando un manotazo a la puerta.
- No es trampa, es astucia -dijo abriendo la puerta mientras sacaba mis maletas y la de Anii para después sacarnos la lengua y volver a cerrar la puerta en nuestras narices.
Bufé y me giré molesta cogiendo mis maletas para ir a buscar otra habitación al igual que Anii.
Recorrí el pasillo abriendo puertas hasta que encontré una habitación bastante grande, aunque no tanto como la de Marce, con un pequeño balcón que daba a la casa de al lado. La habitación estaba pintada de un azul cielo y tenía una cama de matrimonio con su mesilla de noche, un escritorio grande, un armario empotrado y algunas estanterías.
Dejé las maletas abiertas en la cama y empecé a guardar la ropa en el armario. Aproximadamente tres cuartos de hora después ya tenía toda la ropa guardada, aunque la habitación seguía estando un poco vacía ya que las cosas que nos faltaban las traerían a partir de mañana según nos había dicho Samuel, es cual se había vuelto nuestro representante.
Salí de mi habitación y, como no tenía nada más que hacer, decidí ir a explorar la casa. Estaba sentada tranquilamente en uno de los sillones de la sala de cine que teníamos en la segunda planta cuando escuché la voz de Anii llamándonos a Marce y a mí para que bajáramos al salón ya que nos tenía que decir algo, así que bajé al salón encontrándome con ambas.
- Qué es eso que tienes que decirnos enana? -pregunté sentándonos en el sofá.
- Primero que nada, no soy enana, solo soy un año y medio menor que tu -me fulminó con la mirada- Y segunda, Samuel acaba de llamar diciendo que mañana a las 8 de la mañana pasará a por nosotras para ir a la discográfica ya que tenemos que empezar a trabajar con los del CD.
- A las 8? Tan pronto? -protestó Marce.
- Ya ves... pero es eso o no grabamos el CD -respondí.
- Y por último -prosiguió Anii- Quería deciros que ya que no tenemos mucho para cocinar esta noche y estamos bastante cansadas por el viaje para ir a comer por ahí, podríamos pedir una pizza y quedarnos en casa en plan relax y así irnos a dormir pronto para no dormirnos mañana ya que si no, Samu nos pegará el puro por ello.
Tanto Marce como yo estuvimos de acuerdo con la propuesta, así que llamamos a una pizzería y en 20 minutos nos la trajeron, pagamos al repartidos y nos dispusimos a cenar mientras veíamos una película que ponían en la tele llamada La Proposición cuyos protagonistas eran Sandra Bullock y Ryan Reynols.
Acabamos de cenar, recogimos los desperdicios y cada una nos fuimos a nuestra habitación, entré a la mía, me puse el pijama, me lavé los dientes y me acosté en la cama cayendo en segundos en los brazos de Morfeo.