Capítulo 1

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Capítulo 1.

Presente.

Lunes. Palabra que disgusta a muchos, pero para mí, es otro día de mi vida. Otro día cumpliendo el mismo trabajo desde hace cinco años. Dejé el libro que estaba leyendo a un lado y miré la hora. 6:35 am. Mi madre despertaría pronto, me levanté de la ventana de mi cuarto y busqué mi pijama, me lo coloqué y desarmé un poco mi cama, luego, me metí a ella. Apagué la luz de la mesita. Estaba amaneciendo, pequeños rayos de luz atravesaban las cortinas. ¿Cómo aún no me canso de la misma rutina todos los días? Hacerme la dormida por la noche, para no alarmar a mi madre, levantarme todos los días y no poder contarle cosas del libro que leo durante la noche. Suspiré. Definitivamente odio estos minutos del día, en lo que no puedo hacer nada más que sumergirme en mis pensamientos. Encendí la luz de la mesita de noche, tomé el libro y comencé a leer. Alisson lloraba mientras Mike le besaba cada parte de su rostro. Te amo, le dijo el chico, de aquí a la eternidad. Cerré el libro de golpe. Ugh, amor.

-¿Alexa?-Sentí que mi madre preguntaba, ¿cómo no la oí despertar?-¿Alexa, estás despierta?-Agudicé mi oído, estaba colocándose sus sandalias, ahora, se paraba, caminaba hacia acá. Mierda. Dejé el libro en la mesita y apagué la luz. Pero, ¿qué era esa música? Mi iPod. Lo dejé encendido. Mi madre se acercaba, la sentía a pasos de aquí. Me hice la dormida mientras ella abría la puerta.- ¿Alexa?-Susurró.- ¿Estás despierta?-No contesté. Sentí su suspiro. Sentí que se acercaba a la ventana. La música cesó. Se acercó a mi.-Debo irme, me llamaron de la oficina, me piden que viaje a Phoenix por dos semanas. No creo que sea problema, tu padre quiere que viajes mañana con él a San Francisco por tres semanas.-Se acercó y me besó la frente.-Sé que estás despierta, cariño. Vamos, despídete de tu madre.-Abrí los ojos y me despedí.-Te quiero mucho, Alexa.

-Y yo a ti mamá.-Susurré. Mi teléfono vibró. Asustada, lo tomé. Era un mensaje de Adriel/Micah. Eros te está buscando. A mediodía en la cafetería en frente de tu casa. Te estará esperando. Cerré el mensaje y miré a mi madre.

-Veo que ya tienes planes para hoy. ¿No estás metida en nada raro, cierto, Alexa?

-Mamá, sabes que no soy de ese tipo. Si preguntas, Eros es el apodo de un amigo.

-Espero que sea bueno.

-Te aseguro que lo es.-Dije riendo. Mi mamá me miró extraño.

-¿A qué te refieres?

-Nada mamá.

-¿Hablas de sexo?-Me miró sorprendida.-Alexa, por favor.

-Mamá, no hablaba de eso. Eros es un chico extremadamente bueno, no es mala influencia, si así lo crees.

-Mmm...

-Ok, basta de charlas.-Miré mi reloj.- ¡Mira qué hora es! Mamá, son casi las siete. ¿No deberías irte ya?-Le pregunté intentando cambiar el tema. Como siempre, funcionó. Ser lo que soy tiene sus ventajas.

-Tienes razón, cariño, debo arreglar mi maleta ahora.-Dijo acercándose a la puerta.

-Yo haré el desayuno.-Comenté. Me sonrió en modo de agradecimiento y salió. Suspiré. ¿De qué querrá hablar Eros? Bajé las escaleras y entré a la cocina. Preparé tostadas e hice café. Encendí la televisión simplemente para tener algo en lo que mi mente pueda concentrarse. Mi mamá bajó veinte minutos después con una maleta roja y su cartera.

-Oh, cariño, no se qué haría sin ti aquí, gracias por el desayuno. ¿No comerás?

-Come tú, ya yo me haré lo mío.-Le serví café en su taza.

-Alexa, cariño, tú y ese tal Eros, ¿Son algo más que amigos?

-Ay mamá...-Suspiré.-No, no somos nada.

Darachiel - El amor por sobre el trabajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora