16 de abril

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Zac

Ya han pasado tres días, tres malditos días en los que mi mejor amigo está encerrado en un cuarto de terapia intensiva conectado a muchos tubos y cables sin dar alguna señal de querer volver.

La mañana del día de ayer su corazón dejó de latir, los médicos tuvieron que intervenirlo nuevamente sin embargo consideran que ya no hay mucho por hacer. Sus padres llegaron en la madrugada del 14 de abril y no se han despegado de su lado ni un solo momento, más que ayer cuando Charlotte tuvo una crisis al ver a su hermano a punto de morir, pues ella estaba con él cuando su corazón se detuvo.

Yo sé que Nate va a salir de esta, no nos puede dejar, él es mi hermano nunca me dejaría, nunca se ha dejado vencer y esto no va a ser la excepción.

Charlotte

Mis papás me hicieron venir al instituto, según ellos esa sería la mejor forma para distraerme pues estaría en clases y con mis amigos, gran error, el instituto es el peor lugar en estos momentos. Todos los alumnos y profesores están enterados de la situación de mi hermano y ahora todos me ven con lástima, todos hablan de lo buena persona que "era" mi hermano. Quién se creen ellos para hablar de él en pasado, él aún está vivo y pronto regresará.

Nate

Mi familia me ha venido a visitar al igual que mis amigos, pero mi cuerpo sigue sin responder, estoy junto a ellos pero ellos no me pueden ver, escucho a mi mamá llorar y me acerco a ella pero ella no lo nota.

Se abre la puerta de la habitación y entra una enfermera como cada hora para monitorear mí estado, resultado: Sin mejora alguna.

Salgo de la habitación y comienzo a deambular por los pasillos del hospital, ver a mi familia triste y yo sin poder hacer algo al respecto hace que me sienta frustrado.

Mientras camino por los pasillos veo a una chica con su ropa ensangrentada sentada en el piso fuera de una habitación, su cabello es largo y lacio color chocolate, por la forma en la que se encuentra debe haber tenido un accidente y quizá espera noticias de algún familiar, pero puede que no sean muy buenas ya que está sollozando.

Sé que a pesar de que me acerque a ella no me verá, sin embargo algo me empuja a ir junto a ella y decirle que todo estará bien. Para mi sorpresa cuando me acerco y pongo una mano en su hombro ella levanta la cara y me mira. Tiene una herida en la ceja derecha con sangre ya seca al igual que en su labio inferior, además de un raspón en su mejilla, del lado derecho de su cabello hay más sangre, cómo es que está aquí de esa forma y no hay nadie que se acerque para auxiliarla.

—Tú ¿p-puedes verme? — me pregunta con la voz triste y apagada, pero al mismo tiempo sorprendida

Yo sólo me limito a asentir pues ella también me puede ver a mí. En ese momento se levanta y me abraza mientras llora aún más fuerte, por un momento me quedo quieto ya que me ha sorprendido, pero después correspondo a su abrazo mientras acaricio su cabello, se aferra más a mí, con esa simple acción puedo notar lo destrozada que se encuentra.

Después de casi veinte minutos llorando finalmente se tranquiliza y se separa de mí.

—Gracias, no sabes cuánto necesitaba un abrazo — me mira directo a los ojos, su mirada está apagada — me sentía muy sola —agacha la cabeza

—Descuida, creo que yo también lo necesitaba – confieso

— ¿Sabes qué sucede? ¿Cómo es que estoy aquí contigo y al mismo tiempo estoy postrada en esa cama sin poder moverme y conectada a todos esos cables? —su voz se va quebrando poco a poco

—Lo siento, no puedo responder a eso ya que me encuentro en la misma situación

—Pero ¿cómo... —no continúa hablando sino que detiene su cabeza y cierra los ojos con fuerza, su rostro se transforma y suelta un quejido de dolor, en ese mismo instante una alarma comienza a sonar en la habitación dónde se supone que se encuentra su cuerpo. Un par de enfermeras y un doctor llegan corriendo y entran a la habitación, yo no sé qué hacer ni cómo actuar pues la chica comienza a desvanecerse en el suelo, después de unos minutos que se me hacen horas logran estabilizarla pues la máquina deja de hacer ruido y el doctor sale. Sin embargo la chica que está al lado mío no reacciona me quedo junto a ella esperando a que despierte, me siento en el suelo y coloco su cabeza en mi regazo.

—Pobre chica lleva una semana aquí, con esta ya son siete crisis que le dan y nadie ha venido a verla— dice una enfermera saliendo de la habitación junto con su compañera, ambas se quedan en la puerta de la habitación observando hacia dentro

— ¿Qué le pasó? ¿Cómo llegó aquí? —le pregunta la otra

—No sé muy bien, al parecer fue un accidente automovilístico llegó muy grave, lo raro es que nadie ha venido a verla

— ¿Y sus papás?

—Se les llamó para notificarles pero no responden al teléfono y en su oficina dicen que están de viaje al sur de Asia

Las enfermeras se comienzan a alejar de la habitación, diez minutos después la chica comienza a moverse, su mirada luce mucho más apagada que al principio

— ¿cómo te sientes? — le pregunto mientras le ayudo a incorporarse

—No lo sé — responde mirando fijamente a algún punto en el suelo, me quedo con ella en silencio

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En otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora