Entre Odio y Amor

Capitulo 3- El cocina

  -Que error al proponerle aquel desafío.-pienso, recriminándome, y metiéndome la pisa en la boca, mirando cada pocos segundos la puerta, esperando que suene el timbre que anuncie su llegada, y como miro cada pocos segundos la puerta apenas si puedo concentrarme en la tele, donde muestra mi serie favorita, y cuando por fin pienso que va a tardar y me concentro en Castle suena el maldito timbre anunciando la llegada de mi enemigo, de mi ''casi asesino´´, la llegada de Rowland.

    Me levanto del sofá con pereza, para ir a abrir la puerta con cara de fastidio, y cuando lo veo ahí parado con el móvil en una mano con la otra en su pelo demostrando su nerviosismo con una sonrisa algo avergonzada y la maleta alado suyo sinceramente hiso  que le corazón me diera un vuelco, haciendo que me arrepintiera de ser tan impulsiva, seguro pierdo mi corazón y por eso mismo maldigo a Chris por ser tan idiota y tan guapo, sin al menos fuera más…más…no sé, ¿feo?, haría esta maldita apuesta más fácil y no tan malditamente difícil.

-¿Saball?-dice Rowland sacándome del ensimismamiento.- ¿Me vas a invitar a pasar?

     Sonrió mirando a Christian, intentado poner cara de fastidio u estío  al decir:

-Pasa…

   Rowland pasa a mi lado, rozándome apropósito, haciendo que yo salte medio metro de la puerta, produciendo que tenga que acercarme de nuevo para cerrarla, para darme cuenta , que su maleta estaba en mi camino, y para no chocar con el tuve que saltar hacia atrás, maldita maleta del idiota de Chris.

-Y bueno…-dice Rowland, atrayendo mi atención, pues está en el sofá, ocupando mi sitio y comiendo mi pizza.-Tus padre… ¿No te dirán nada por traerme a vivir aquí?

      Cuando él hace esa pregunta, miro el techo tragando fuerte, pensando como evadir aquella pregunta, pero como se que tarde o temprano se enterara de la verdad de que ellos ya no están entre los vivos prefiero ser sincera, aunque tenga el deseo el fuerte deseo de mentirle  y decirle que la apuesta era una broma, que se tiene que ir de mi casa o mis padres se enfadaran por encontrarle viviendo aquí, pero como yo odio mentir, prefiero ir con la verdad, o mejor dicho la mitad de ella, no es necesario que se entere de todo, y en todo caso  no es que le mienta solo le ocultare información y si algún día se da el caso de que se entera  de toda la historia, ya sea de mi boca o la de otra el vera como querrá tratarme si como todo el instituto o como mis amigos.

-Soy huérfana-digo, luego de un momento, fijando mis ojos  miel en los suyos, para luego fijar mi vista en la estantería, exactamente en la foto donde salgo con mis padres.-Murieron hace casi dos años.

    Miro de nuevo el techo, al terminar de decirle que no tengo padres, ya que siento que busca mi mirada, y yo no quiero mirarle, no quiero ver su compasión. Yo no necesito eso, no lo necesito maldita sea.

-Lo siento…-oigo de repente en un susurro demasiado cerca, sobresaltándome, originando que mi mirada recaiga en sus espectaculares ojos verdes, en la que se ve sinceridad pura, nada de pena, nada de compasión, nada de lastima.

-Con un lo siento no volverán-susurro también, con la excepción que yo lo digo con la voz rota mostrando una sonrisa triste al alejarme de él.-Pero gracias.

   El se me queda viendo y sonríe.

-Bueno, bueno la señorita Saball dando las gracias va a llover.-dice,  haciendo que  ponga mis ojos en blancos.

-Sí, si-digo rodando los ojos olvidando mi tristeza de hace un momento.-No te acostumbres Rowland esto solo pasa una vez en la vida.

   Chris sonríe de lado al oír lo último que dije, para luego poner una pose y decir: