Holaaa. Me llamo camila. Empece esta nueva novela y espero que les guste. Voten, comenten me haría muy feliz. Gracias !!
Dylan
Prácticamente y siendo sincero, fui arrastrado a la fuerza a venir a la residencia Toledo. Que, para explicar mejor, es la casa de la popular Kendall Toledo. Hija de un empresario exitoso del condado de Kent, en Delaware.
West insistió tanto en venir, y sigo sin entender la razón. Digo, no tenemos oportunidad de entrar. No, no entraremos. Nunca. Nunca permitirían que unos chicos como nosotros, denominados raros entren a algún tipo de fiesta como esta.
- Cambia esa cara, Dyl. – dijo Paige. Sonreí falsamente. – Vamos, ¿Por qué no nos dejarían entrar? Digo, no somos tan raros. Estamos vestidos bien, somos lindos. ¿Por qué no? – Casi reí a su positivismo. ¿Qué le sucede?
- Aparte, si no pasamos, será una experiencia que podremos contarles a nuestros hijos algún día. – agregó Thomas.
- Claro, le contaré a mi nieto como nos sacaron a patadas de la casa de Kendall Toledo. Será divertido, tal vez hasta tenga evidencias del hecho, como alguna cicatriz en la cara, un riñón menos, cosas así – sonreí.
- Que pesimista. Con razón no tienes novia – respondió Cameron rodando los ojos.
- Realista, ¿Okey? Realista, mi amigo – dije. Paige soltó una risa suave y pude ver como West rodó los ojos.
- No reconocerán quienes somos – susurró Paige cuando llegamos a la casa. Era enorme, color crema, con un frente amplio y muy verde. Cualquier persona le echaría el ojo dos veces antes de seguir caminando por aquí.
- Sabía que tenían dinero pero no tanto – dijo West.
- ¿Qué esperabas? – preguntó Cameron – Su padre es dueño del lugar ese... - dijo como si se hubiera olvidado de que lugar es dueño el señor Toledo.
- De la concesionaria Toyota, Cam. Mi padre compró su nuevo auto ahí. Dice que vio a Emma trabajando con él – Emma era una de las hijas de él. Morocha, con el pelo muy en rulado, era demasiado linda como para ser verdad.
- Bueno, ese lugar – dijo rápido Cameron. Mirando nuevamente la gran propiedad.
- Idiota – susurro Thomas.
- Bueno, vamos – dijo West con seguridad.
El iba vestido con un jean negro, unas Adidas negras también y una camisa manga larga color celeste. Para ser sincero, le quedaba horrible. Debería haberse puesto algo de un color más claro como para resaltar su piel oscura. Paige tenía un vestido blanco corto y sencillo que si le quedaba bien y combinaba con su tez y unos zapatos altos color negro. Thomas vestía un jean color blanco con una remera negra y zapatillas puma negras, y Cameron un jean azul, una camisa azul oscura con algunos detalles en blanco y unas Nike negras. Yo vestía un jean azul claro y una camisa de jean mas oscura, con una remera blanca abajo y unas Nike negras.
- ¿Qué hacen ustedes aquí? – preguntó Mike cuando nos llegar a la gran puerta de entrada. Mike era un simio de Senior, el último año como nosotros. Estaba junto con Matt y Grace. También Seniors.
- Venimos a la fiesta – dijo West con una sonrisa de oreja a oreja. Yo fruncí el ceño. Que mala forma de empezar una maldita conversación.
- No. – dijo Grace. – No podemos dejar que cinco fracasados hagan fracasar esta fiesta. Lo siento. Tal vez... algún día... cuando estén muertos, los dejaremos entrar – terminó. Sus ojos claros rodaban en casa palabra que decía. Grace, rubia, ojos claros, alta, esbelta. Era la mejor amiga perfecta para alguien como Kendall Toledo.
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we're a mess - dylan o'brien
Fanfiction"Somos un desastre pero amo eso de nosotros" Dylan tiene que lidiar con la secundaria y sus dificultades todos los días. No es el más popular, y lo sabe. Una noche su grupo de amigos insiste en querer entrar a la fiesta de Kendall, una de las chicas...