Chara abrió los ojos con lentitud, se había quedado dormida. Escucho las sirenas y sintió la aceleración repentina de sus piernas. Comenzó a alarmarse y a sentir la palidez en su rostro, las luces distanciadas de la carretera le daban un aspecto sombrío a la niña, iluminándola y dejándola a oscuras, iluminándola y dejándola a oscuras...
Las luces del coche patrulla iluminaban levemente el entorno, dando colores azules y rojos a el asfalto y a el césped circundante. El oficial perseguía a la niña con vehemencia, estaba casi seguro que era la fugitiva que tantos dolores de cabeza le estaba dando. Si lograba atraparla al fin lo reconocerían en la estación, por fin valorarían su trabajo y dejarían de tratarlo como un novato.
Se bajó del coche y acelero el paso, subiendo el monte a la vez que la niña lo hacía. Tenía una sonrisa de lado en el rostro.
—La tengo —susurro complacido mientras apretaba el acelerador.
Un monte desierto perdido en un rincón del país. Una niña temerosa perseguida por un policía ambicioso.
—Tranquila, no te atraparan —trato de tranquilizarse.
—Si acelero el paso el policía lo hará. No hay forma de escapar, Chara —la parte mala de ella hablo. Tenso la mandíbula y mantuvo la vista al frente, no quería voltear a atrás, el más mínimo error y...
Las sirenas del coche patrulla que había dejado atrás eran ensordecedoras mientras doblaba el camino, derrapando un poco.
El viento zumbaba en torno de ambos, corría a toda velocidad, el rojizo cabello del policía se revolvía. Miraba al frente con determinación, determinado a capturar a la niña, no podría escapar.
—Chara, deberías detenerte... —se hablaba a sí misma.
—Chara, estás loca... —decía su otra mitad.
—No, escucha —se interrumpió la chica, la adrenalina afectando sus pensamientos—. Él no espera que te detengas, puedes detenerte para girar, y luego seguir. Eso lo retrasará lo suficiente, podremos tomar alguna ruta secundaria...
—No hay rutas secundarias —pensó con tensión. Mojaba sus labios cada segundo. Tenía miedo, mucho miedo. Temía que la atraparan, y si eso pasaba la encerrarían en un manicomio y ella jamás podría soportarlo.
—No, pero acabo de ver un hoyo en la tierra, recién lo pasaste —se respondió convencida. Ahora más que nunca, quería huir, necesitaba hacerlo para tener más tiempo. Más tiempo en libertad.
—Levantaré polvo y me vera.
—Inténtalo.
Procesó sus pensamientos, sabía que era la única salida. Si doblaba a esa velocidad corría peligro de muerte, pero si reducía la velocidad... y esconderse en un hoyo...
Chara tomo una decisión. No disminuyo la velocidad, solo la mantuvo. Espero. El policía comenzó a hacerse a un lado para pasarla y así al fin detenerla y lograr la gloria de haberlo conseguido. Ambos iban lo más rápido posible, Chara casi a su límite, mientras que el policía aún tenía mucho que dar.
El policía se acercaba por un lateral.
Chara respiraba con dificultad, intentando que el oxígeno se abriera paso entre la adrenalina de su cuerpo. Totalmente determinada.
Desvió su mirada a un lado y por el rabillo del ojo vio al hombre de cabello rojizo con una sonrisa triunfal en el rostro.
—Hazlo bien, peque —susurró, rezando porque su plan funcionara.
Sabía que el policía no pararía en seco, pero de todas formas habría una gran diferencia de velocidad, por lo que fue imposible constatar el momento exacto en que tomo consciencia de que todo había ido bien. La niña se encontraba tirada en una cama de flores amarillas idénticas a las de su pueblo (sus favoritas) y, a pesar de haber sufrido un sacudón al caer, se encontraba bien. El sonido de las sirenas se alejaba.
Chara reacciono rápido y trato de levantarse pero no podía. Le dolía todo.
—Parece que ha venido de aquí... —sintió como alguien venía, escuchó la sirena alejándose. Confió en su determinación. Cuando el niño llego cerca se le nublo la vista. Apenas y veía, el polvo lo cubría todo, no había luces que iluminaran el lugar.
—¡Lo logre! —grito con alegría. Si llamaba la atención que importaba.
—¡Oh! Te has caído, ¿verdad...? —asintió suspirando con fuerza, soltando el cuerpo. Apoyo la cabeza en el suelo con cuidado, estaba a "salvo"—. ¿Estás bien? —Asintió. Su corazón aun palpitaba con fuerza. Había estado tan cerca, tan al borde de la muerte. Había visto la malicia en el rostro del oficial, era espantoso—. Venga, levántate...
El niño la ayudo, se apoyó en él, y aunque le doliera todo el cuerpo siguió camino lentamente, sin saber a donde la llevaría aquel chico. No importaba, se sentía a salvo.
El silencio era relajado, se respiraba mejor allí dentro. Luego de unos minutos, Chara se animó a hablar:
—Soy Chara —se presentó.
—Chara, ¿eh? —Se encontraban en unas de esas interminables ruinas que conducían a estancias de gente pasada, esperaba que tuvieran salida—. Es un nombre bonito.
—Chara, ya todo paso —murmuró para sí misma, pero el chico la había escuchado, le acaricio el hombro como para ayudarla a calmarse a sí misma. Chara se estremeció notoriamente, dejando de caminar.
—Yo me llamo...
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Chara
FanfictionChara fue encontrada en un basurero cuando estaba recién nacida por sus padres adoptivos, Alexia y Samuel, inmediatamente, el matrimonio Dether la adoptó (para darles una hermana adoptiva a sus hijas, gemelas). Cuando Chara y las gemelas tenían un a...