Hate

Condenados (Presente part.5)

--¡Mino, Mino!—Seung exaltado trataba de despertar al menor pero este se encontraba casi en estado de coma por causa de sus anteriores actividades. Desesperado y sin saber que hacer salto de la cama recogiendo sus cosas y se lanzó al armario donde se ocultó en el fondo tratando de pasar desapercibido. Su corazón latía desbocado cuando escucho como la puerta era abierta y alguien se introducía en la habitación, contuvo la respiración rogando que la persona que entro no identificara el claro aroma del lugar. Espero unos instantes que le parecieron eternos cuando de la nada Mino grito.

--¡Yaaa, Taehyun, ¿qué demonios te pasa?!—Empujo a su hermano de la cama sobándose el lugar donde este lo había golpeado con lo que le pareció a él fue el codo cuando le salto encima.

--Eres malo hermanito... yo que venía a llamarte a cenar—Se levantó del suelo sobándose la parte baja de la espalda.

--Estaba dormido sino lo notaste. Además la puerta estaba cerrada con pestillo, ¿Cómo entraste?—Le observo con recelo mientras buscaba alguna señal de Seung.

--Tengo las llaves. Les saque copia a todas una vez que me quede fuera de la habitación por idiota— Sonrió gingivalmente y empezó a pasearse por el lugar --¿y tú que hermanito?—Lo miro de soslayo analizando las marcas en su pecho.

--¿Qué de qué?— Respondió tajante.

--No te hagas el idiota. ¿Con quién te andas revolcando?, deberías decirle a ese vampiro que tú necesitas la sangre para vivir más que él—Estiro su mano y toco uno de las marcas del pecho.

--Eso no te incumbe. Mejor déjame solo, no bajare a cenar no me siento bien y tengo sueño—Se recostó cubriéndose con la frazada hasta el cuello.

--Sí que eres aburrido. Vale, le diré al abuelo que no quieres cenar. Descansa y salúdame a tu vampiro—Se alejó corriendo cuando vio como Mino tomaba un portarretratos de la mesa y se lo lanzaba.

Mino se tiro sobre las almohadas y llevo sus manos a su rostro. ¿En qué demonios estaban pensando cuando se acostaron en la villa? Perfectamente cualquiera los pudo descubrir y se hubiera desatado la tercera guerra mundial. Cerró los ojos con fuerza pero escucho ruidos en su armario cosa que lo alerto, se levantó trastabillando de la cama por causa de un claro dolor en el trasero. Lentamente y con cuidado abrió la puerta de su gran guardarropa ahogando un grito al ver a su tío a medio vestir paralizado por su presencia.

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Los dos se observaban de pies a cabeza sin saber cómo actuar o que decir, la verdad es que por la efervescencia del momento no contemplaron lo que pasaría entre ellos después de que el estado de conciencia regresara. Seung se sentó junto a Mino y con delicadeza tomo su mano entrelazándola con la suya. La diferencia entre los dos era notable. No se arrepentía pero a la vez consideraba que no fue el momento adecuado para que sucediera. Apesadumbrado soltó un suspiro tratando de reunir valor al sentir la mirada del menor en él.

--Lo lamento...no debí... Mino—No lograba hilar una oración en su cabeza que no lastimara al menor.

--¿Te arrepientes?—Mino pregunto desconcertado.

Asombrado --¡No!, no lo hago, pero míranos Mino, ¿Qué estamos haciendo?, las cosas en esta familia ya son lo suficientemente locas como para agregarle ahora una relación casi incestuosa entre los dos. Te amo, de eso estoy muy seguro, pero eres un niño, tienes cosas por vivir y a mi lado tendrás que privarte de ellas – Le miro con nostalgia.