Capítulo 4

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Harry

Ya tiene más de cinco minutos que comenzó la primera clase y yo aún no logró encontrar el primer salón.

Encontrar la oficina del Rector a sido lo más fácil hasta ahora, pero, no me gano nada si no puedo localizar los salones aún.

-Hola... -dice una voz femenina a mis espaldas.

Cuando me doy la vuelta para verle la cara, me doy cuenta de que es la chica de la tienda de música.

-Ah, hola.... ¿Estudias aquí?

<<¡Pero que tonto! ¡Es obvio que estudia aquí!>>

-Si, esta escuela es genial, pero, ¿necesitas ayuda?

-Si. Aún no puedo localizar bien los salones. -le sonrió apenado.

-A ver, dejame ver tu horario. -me extiende la mano y se lo doy- Ah, en este momento te toca historia, suerte que el maestro no vino.

-Ah, y... si no viene un maestro, ¿qué hago?

<<Me siento estúpido>>

-Pues lo que quieras. Tienes la clase libre. -me sonríe amable.

-Oh, bueno, gracias. -Sonrio y me alejo para irme.

La verdad me apena mucho estar con esta chica, ella sabe todo sobre esto y es muy amable y yo, simplemente no sé ni que decir.

-Oye, -me detiene- ¿No quieres que te muestre el resto de la escuela?

-Emm.... ¿no tienes nada que hacer? No me lo tomes a mal, no, lo que quiero decir es que si... si tú no estás ocupada sí. Si tienes tiempo sí, claro.

-Por supuesto, ven...

Durante el recorrido he notado que la chica sonríe mucho, al parecer es muy alegre.

Cuando terminamos el recorrido, nos despedimos para entrar cada quien a su clases. No la vuelvo a ver hasta la hora del almuerzo en la cafetería y sólo la saludó con la mano, el almuerzo estuvo bien, sólo trate de evitar al chico ese, Logan y todo estuvo muy tranquilo.

Hasta ahora las clases se me han hecho eternas. La chica que conocí me agrada y fue muy amable al ofrecerme su ayuda.
También conocí a casi todos los profesores, y a decir verdad, ninguno me agrado para nada.

Todos me tratan como si les cayera bien, pero yo sé que no es así, ya que a ningún maestro le pareció la idea de que su intachable escuela aceptará a un nuevo estudiante a medio semestre.

Todo esto es un asco. Ojalá supiera porque mi madre me saco de Londres, el único lugar en el que era feliz.

Aquí no tengo amigos, y aunque en Londres tampoco tenía muchos, extraño mucho a Louis, él es mi mejor amigo, él es el único que se que pase lo que pase siempre estará ahí para mi.

Aún recuerdo el día que nos despedimos, fue horrible, ambos estábamos llorando como dos niños pequeños. Si pudiera llamarlo lo haría, pero cuando Louis perdió su celular, prácticamente yo perdí su número, y ya no nos dio tiempo de que me dijera cual era su nuevo número, así que estoy incomunicado con él.

Nos conocemos desde, desde que tengo memoria, creo, nunca nos hemos peleado, sí hemos tenido pequeñas discusiones pero nada que no resolviéramos en menos de cinco minutos, siempre nos estamos apoyando, es el hermano que nunca tuve. Y es agradable saber que tienes una persona en la que puedes confiar.

Miro el reloj que está colgado arriba del pizarrón y veo que marca las dos y cuarto cuando escucho que toca la campana.

Esta última clase estuvo mucho peor que todas las demás
Odio química, jamás me ha gustado, tal vez sea porque nunca le he encontrado sentido a hacer operaciones para hacer fórmulas y no se que otras tantas cosas. Realmente odio esta materia y no la entiendo en lo absoluto.

Me dirijo al estacionamiento para ver si veo el auto de mi madre. Sólo espero que se le haya ocurrido la idea de venir por mi. Ya no quiero subir de nuevo al autobús.

Al llegar ahí, saco el móvil de mi mochila ya que no veo a mi mamá por ningún lado, creo que sería mejor idea llamarla y esperar. Cuando enciendo el teléfono noto que tengo un mensaje suyo:
"Harry, ¿Crees poder regresar a casa en autobús? Tengo algo que atender pero te veré para la cena. ¡Te quiero!"

<<¡Esto tiene que ser una broma!>>

Miro hacia todas partes para ver si encuentro el autobús en el que viaje primero, pero nada. A lo lejos logro ver a la chica que me ayudó, tal vez sería buena idea pedirle ayuda, solo espero que no crea que soy un aprovechado. Se me ocurre gritarle pero... recuerdo que no se si nombre. ¡Pero que tonto! En todo el recorrido que hicimos por la escuela estuve más que callado y no se me ocurrió preguntarle cómo se llamaba. De verdad que nunca pensé que pudiese existir alguien tan tonto como yo.

Decido acercarme mejor, y antes de que pueda llegar con ella, se acerca el mismo chico tatuado al que iba a pedirle ayuda. Me frenó en seco y veo que comienzan a hablar, me quedo lo suficientemente cerca para observar, pero lo suficientemente lejos para que no me noten.
Parece que están discutiendo, la chica agita las manos de arriba a abajo y el chico camina de un lado a otro y se pasa las manos por el pelo. El chico comenzaba decirle algo a pesar de que ella está dándole la espalda; de pronto ella se da la vuelta y corre a abrazarlo.
Tal vez son novios.

Acto seguido la chica me mira y comienzo a caminar para que no se den cuenta de que estaba espiando. Cuando llegó con ellos confirmó que tenía razón, era el chico al que iba a pedirle ayuda.

-¡Hola! -me saluda la chica.

-Hola -le devuelvo el saludo sin apenas mirar al chico tatuado.- Oye, tal vez creas que estoy abusando de tu ayuda, pero... ¿me podrías decir que autobús debo tomar para llegar a mi casa? Por favor.

-Por supuesto. ¿En dónde vives?

<<¡Diablos, que vergüenza!>>

-La verdad es que, no lo sé. Aún no conozco bien las calles ni nada, pero, si no me equivoco, creo que es como a cinco cuadras de la tienda de música en la que nos encontramos. -digo evidentemente avergonzado.

-Pues, lamentó decirlo, pero ese autobús ya salió hace como 20 minutos, amigo. -interviene el chico de los tatuajes

-¡¿Lo dices en serio?!

-Si, es de los primeros que salen. -dice la chica.

-¡Diablos! -exclamo pateando una piedra.

-Oye, tranquilo. No te preocupes, si quieres yo puedo llevarte. -se ofrece el chico.

-¿De verdad?

-Claro, también voy a llevar a Maddi, así que supongo que es por el mismo rumbo.

-Oh, de verdad, te lo agradezco.

-No es nada. -me dice y sonríe.

Tal vez si me equivoqué respecto a él, es muy amable.

Subimos al auto y, conforme transcurre el camino voy conociendo más a la chica y a su novio, o amigo. Aún no tengo muy claro que son pero tampoco me he atrevido a preguntar.

Ella se llama Maddison Cox, está estudiando en la facultad de medicina para especializarse en... la verdad no puse mucha atención en esa parte, ya que vi pasar a mi mamá en su camioneta. Lo curioso es que iba con alguien en el asiento del acompañante pero no logre ver con quien, está ocultándome algo, y me preocupa.

Deje de pensar en eso cuando vi que ya habíamos llegado a la casa de Maddison. Es una casa muy bonita y grande vista desde afuera, el color blanco de las ventanas y el tejado resalta muy bien con el morado de las paredes.

-Muchas gracias por traerme, Zayn. -dice al momento que se despide de el de un beso en la mejilla.

-Ya sabes, nena. Si necesitas algo llámame.

-Gracias, adiós.... por cierto, -regresa- ¿cómo te llamas? -me pregunta riendo.

-Harry, soy Harry Styles -le respondo con una sonrisa.

-Bueno, adiós, Harry. ¡Ah y por cierto, no olvides nuestra salida de mañana a las cinco! -dice para al fin irse.

En cuanto dice eso me quedo helado.
¡¿Como es posible que me lo haya dicho así frente a Zayn?! Bueno, puede que no sean novios pero... ¿y si le molesta? No quiero tener problemas con este chico, de verdad.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2017 ⏰

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