La primera vez que probé la cerveza, tenia cinco años y papá estaba tomando una.
–Yo quiero.– Le dije señalando la botella, que en ese momento me parecía un chupo gigante.
–No.– Me contestó sin mirarme. Sus ojos estaban fijos en el televisor. Su corta respuesta me pareció insultante. Yo era un niño pero merecía mas que esa negación desabrida; y como cualquier niño inconforme insistí.
–Por qué?.– Y me atravesé entre sus ojos y el televisor.
–Porque no?.– Murmuró lento y apretando los dientes y me corrió con su brazo.
Estaba mirando un partido de fútbol y su equipo perdía dos a cero, y su expresión decía claramente: No me joda.
Como sea fui a la nevera y tomé la única cerveza que quedaba. No tenia forma de abrirla y como último recurso tome un martillo y la golpie en la tapa sin resultados. La puse contra la pared y le di un martillazo. Se partió justo en la mitad del cogote. Vi caer la tapa con algunos pedazos de vidrio y espuma de cerveza. Sonreí y la acerque a mi boca para celebrar mi triunfo pero...
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UN WHISKY, POR FAVOR
Historia CortaUn bar sencillo, una linda sirve tragos, una mamá que siempre estará ahí y un papá que nunca estuvo. Ah... Y yo.