Encuentro soñado

CAPITULO I

Moni

Contesto mi móvil y al ver el número que me marca es nuevo e internacional y ante mi desconocimiento de saber de donde era respondo con algo de miedo.

- ¿Hola? ¿Con quién hablo?

- Hola buen día. Te habla Julian, el chico de Ecuador (odiaba mi primer nombre "Steven", ella sabía mi segundo nombre, de hecho no tienen lógica llamase Steven Julian) ¿me recuerdas Moni...? (al escuchar que era el mi corazón palpitó fuerte como nunca había pasado, y me empeñé en escuchar lo que debía decir)

- Claro cómo olvidar aquel chico que vive en Ecuador, dime algo, ¿cómo conseguiste mi número?

- Larga historia me comunico contigo porque estoy a pocos minutos de viajar a Morelia este avión arriba a tu localidad y el trayecto es de aproximadamente trece horas, así que, ¿recuerdas la promesa que te hice?

Pues quisiera tener tú presencia. ¿Puedes?

(Aún no término de procesar lo que me ha dicho va a cumplir lo dicho hace 8 años, y vendrá acá desconociendo todo, por unos segundos no podía expresarme hasta que finalmente lo hice)

- ¡Cómo no! (De hecho creo lo asusté un poco, jaja) Estaré ahí esperando ansiosa tú arribo

- Gracias Moni, nos vemos en Morelia estoy a punto de partir, hasta luego.

- Hasta luego.

Ajusto mi reloj de mesa para descansar lo necesario y poder llegar a tiempo a la ansiada visita de aquel chico que con tan solo escribirme hace algunos años cambiaba mi día en un parpadeo.

Me acosté a dormir con una gran sonrisa, la cual no había tenido desde hace mucho. Trate de dormir lo más rápido posible, ya que si seguía a ese paso llegaría muy cansada a su arribo.

Pasaron las horas y sonó la ansiada alarma me desperté de un salto, aquí recordé que tenía muchas obligaciones y realicé las llamadas necesarias para salir libre estos días, al menos en esa semana, me tomó una hora arreglar dicho asunto, ya quedaba poco y seguía en mi pijama... Grité por la demora, tome una rápida ducha y busqué lo más apto para la situación, mi habitual maquillaje, me entretuve tanto y tanto que el tiempo pasó y al ver el reloj; sólo faltaba media hora de su arribo, maldije dentro de mí, y cogí la cartera que estaba a la mano y salí por un taxi al aeropuerto sabía que si él, salía solo no lo volvería a ver en mi vida, mientras tanto en el taxi seguía alistándome, el señor del volante no paraba de verme, hasta que con una rápida indirecta supo seguir haciendo su trabajo, eran lógicas las causas por la cual me miraba, pero no les tomé importancia, baje del taxi pagando la tarifa, miro nuevamente mi reloj y ya era la hora indicada.

La impotencia e iras se apoderaron de mí ser.

Entre al aeropuerto, con suma rapidez me dirijo al punto de encuentro, elegí una banca a esperar su salida, la cual aún no se había efectuado por atrasos en el trayecto, después de todo no me fue tan mal.

Miraba a mis alrededores buscando a aquel chico que hace años me había dado sonrisas sin sentido alguno, muchos pasaban, algunos exclamaban augurios muy lindos, otros bochornosos, pero sólo los ignoraba nadie tenía la valentía de mirarme a los ojos, si quiera en acercarse y exclamar alguna frase u expresión.

Entonces una persona resaltó del montón, muy formal con el pelo algo largo y una barba que no desentonaba en su personalidad, me impactó verlo, incluso quise acercarme a él, pero le perdí vista cuando observé mi reloj, desapareció. Al instante mi móvil suena, lo saco de la cartera, pude notar que era Julian, más nada pues en dicho momento se apagó.

Me quedé pensando en aquel chico, no paso mucho hasta que alguien golpeó suavemente mi hombro derecho, con algo de miedo giré para ver de quien se trataba. Pero me quedo atónita cuando me doy cuenta que era la misma persona que me llamó tanto la atención por su apariencia hace unos instantes, nos observamos unos segundos como estudiándonos uno al otro, el silencio era demasiado incómodo.

De pronto, el rompió el silencio.

- Hola Moni.