Te Extraño [Volumen 1]

Capítulo 1. Cuando todo comenzó.

      — Y aquí estoy. Sentado frente a tu tumba. No sé si puedes escucharme, pues tú sabes que yo  nunca creí en los espíritus. Aún recuerdo el día que nos conocimos, todo  gracias a  Evan. Lo curioso fue que hablábamos como si nos conociéramos desde hace años— reí por lo bajo con los ojos llenos de lágrimas.—Seguimos hablando, nos hicimos grandes amigos, la confianza que nos teníamos, me sorprendía, eres la única amiga que tenía. Te quería y te sigo queriendo. Pero algo pasó.... Te enamoraste de mi—. Aun recuerdo las palabras que ella me dijo “Carter, me gustas". Fue directa, como siempre. Yo la rechacé, sinceramente, me arrepiento. Aún que siempre me consideré alguien frío, ella logro calentarme el corazón, y yo....yo no supe apreciarla. Evan, Jerry y Caín me lo dijeron miles de veces “Eres un idiota” me lo decían a diario por rechazarla. Ellos no entendían el por que mi rechazo hacía aquella señorita, la lastimaría como otros ya la habían lastimado o peor, y no por que esa fuese mi intención, si no por que yo se como soy y terminaría hiriendole inconscientemente.

Me levante del suelo, mi traje se ensució un poco, la verdad no me importaba, salí del cementerio dejando atrás aquella lápida que decía “Aquí yace Elena Ortiz te tendremos en nuestra memoria padres y hermanos". Llegue a casa, tire mi saco por ahí en algún rincón y entre a mi habitación, esa habitación llena de sus fotografías, todos los recuerdos que teníamos juntos y aquellos regalos que me daba en nuestras fechas importantes. Eramos como una pareja pero sin tener un tipo de relación. Por mas que quise declararme sabia que si teníamos una relación no duraría mucho pues me iría a estudiar fuera...

El teléfono sonó, tenía que contestar, no había otra opción. —Hola Evan— Sabía el motivo de su llamada, y, por más que me doliera, tenía que hablar de ello.
—Fuiste a visitarla, ¿cierto?—
—Si, lo hice.—
—Han sido meses difíciles, ella nos hace falta.—
—Jerry averiguó la causa de su muerte, dijo que fue la depresión que tenía la que afecto a su enfermedad. —
—Oye yo.... ¡Evan la cena esta lista!— una voz lo interrumpió —Lo siento tengo que irme.—
—De acuerdo saludame a Sara y los niños.—
Colgué el teléfono, me sentía culpable, yo cause su depresión, ella se bloqueo y no se dejo ser feliz.

Salí de casa de nuevo, fui a un restaurante cerca, al que iba con ella, encargue un sushi cuando de repente alguien pronunció mi nombre. —¿Carter?— era Marla, una amiga de Elena. —Marla, cuanto tiempo.— me parecía que trabajaba en este lugar, tenía el uniforme de este después de todo.
—Se que, tal vez suene algo raro pero, nos han mentido.—
—¿De qué hablas?—
—Elena no murió por esa razón, no estaba enferma, solo cansada— esa palabra cambió todo, me hizo recordar aquella conversación de hace unos meses...—Estoy cansada de este lugar.— dijo Elena sin alguna emoción o eso dio a entender.

—¡ENTONCES ELLA NO MURIÓ!— Grite con esperanza.
— Ella se suicido.— susurró ya que no quería que la gente en el lugar se asustará y nos observará aún más.
—¿Qué?— quede atónito ante esta declaración, no lo podía creer, aquí fue donde todo comenzó.