Capítulo 19: Pasado...

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Capítulo 19

A veces, por muy doloroso que sea el pasado, siempre podremos aprender de él.

Oscar Rivers, a su sobrina Eloise.

Ya había pasado la primera semana, me encontraba sentada en el jardín de la casa solariega de mis tíos, leyendo un libro o más bien fingiendo que leía un libro.

Mire tristemente las páginas, simplemente no podía descifrar lo que estaba escrito en ellas, o quizás solamente no tenía ganas de forzar a mi cerebro a hacerlo.

La semana había pasado rápidamente, entre las entrevistas a los institutos y las fiestas a las que mi tía me llevaba.

Había conocido un montón de personas y a pesar de que desde que llegue aquí había dejado de esforzarme por ser perfecta, según mi tía todos estaban encantados conmigo, para la siguiente semana tenia agendada cuatro salidas con diferentes chicos, todos hijos de los amigos de mi tía.

Algunos de ellos eran agradables, otros no tenían que esforzarse por ser estúpidos, les salía de manera natural.

Las entrevistas con las escuelas habían sido incluso mejor, todos estaban impresionados por mis logros académicos y la impecable lista de conducta estudiantil, y ni siquiera tuve que fingir interés ni esforzarme porque me aceptaran. Todas le habían dicho a mi tío que tenían sus puertas abiertas para mí.

Quizás debería estar feliz.

Simplemente no podía, cada vez que intentaba alegrarme por la impresión que estaba dejando en todos. La alegría ni siquiera alcanzaba a alzarse dentro de mí.

Parecía que me faltaba algo y luego de una semana por fin me daba cuenta de que lo que me faltaba era Kayred.

Lo odiaba, por haberme utilizado.

Pero le seguía amando, mucho, demasiado. Hasta el punto de que nada parecía hacerme feliz.

En las noches mientras estaba en mi cama, recordaba sus brazos rodearme, sus ardientes besos, su sonrisa fácil y picara, sus frases de doble sentido y su divertida risa. Y justo antes de dormir lo último que quedaba en mi mente eran sus hermosos ojos azules.

La tristeza volvió a inundarme, pero no las lágrimas.

No, ellas se habían acabado hace mucho.

Quizás otra persona en mi situación estaría también dándole vuelta a los sentimientos de James, y no es que yo no pensara en James. Oh, pensaba en él y hasta una parte de mi quería amarlo.

Amar a James sería tan fácil.

Pero eso es lo injusto del amor, no puedes controlarlo.

— ¡Eloise! —el grito de mi tía sonó desde la terraza trasera de la casa, y entonces supe que el lugar que elegí para esconderme no había funcionado para nada— Tienes que prepararte, salimos en dos horas.

Fruncí el ceño molesta y mire mi ropa, un vestido otoñal simple. No me cambiaria de ropa para ir a un estúpido almuerzo con las amigas de mi tía.

—Déjalo estar —me dije a mi misma e intente concentrarme en mi libro.

—Apresúrate o bajare a buscarte —y eso significaría tener que seguir escuchándola, solté un bufido y me puse de pie. No necesitaba dos horas para arreglarme para un maldito almuerzo, en quince minutos podría ponerme maquillaje y salir para llegar a tiempo, después de toda la casa donde teníamos el almuerzo quedaba a diez minutos de la nuestra.

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