Capítulo 23: Adversidades...

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Capítulo 23

El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: Amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.

—Alejandro Dolina.

Tome la hoja de papel arrugada y la aparte, volviendo a repetir el proceso de escribir la introducción para mi trabajo de Literatura, por décima vez. Llevaba una hora ahí sentada y cada vez que comenzaba a escribir me era imposible dar una razón de porque la literatura clásica era base de las obras contemporáneas. Pues a pesar de tener "Turning Tables" de Adele sonando fuerte en mis odios, no podía dejar de escuchar silencio.

Y no cualquier silencio. Escuchaba el mismo silencio ensordecedor que oí después de preguntarle a Kayred si me amaba ¿era posible que el silencio sonara diferente? No lo podría asegurar, pero sí que dolía de manera diferente.

Raye con furia la oración que estaba escribiendo y lanzando el bolígrafo a mi estuche me di por vencida, mire alrededor de la biblioteca y me di cuenta de que otra vez, por cuarto día consecutivo, era la última en irme.

Golpee mi frente con la mesa y me quite los audífonos, mis oídos palpitaban por el sonido, no me sorprendería si estaba con el ochenta por ciento de mi audición dañada, últimamente hacia mucho eso de encerrarme en mi con unos audífonos y chocolate, mucho chocolate.

No había hablado con Kayred en ningún momento de estos cuatro días, él me había enviado más de un mensaje para que habláramos, pero sólo los había ignorado y en la única ocasión en la que casi me había encontrado con él de frente, con mucho orgullo admito que me escondí literalmente bajo una mesa.

Pero sinceramente no estaba preparada para hablarle, sabía que me había prometido a mí misma luchar por él, sabía que incluso lo había hecho por la memoria de mi madre y también por la madre de Kayred. Pero creo que Kayred, no estaba preparado para amarme, por duro que fuera, el silencio cómo respuesta me había hecho reflexionar muchas cosas.

Aunque cuando habíamos hecho el amor, sus brazos me habían sujetado, acariciado y besado cómo un amante desesperado, y aquello me hizo sentirme amada por él. No podía dejar de pensar que necesitaba que esas palabras fueran dichas en voz alta, gritadas al mundo.

Kayred no las grito, sino que guardo silencio.

Salí de la biblioteca y camine hacia mi casillero, mis pasos resonaban en los pasillos, durante estos últimos días había llamado diariamente a Marcus, mi chofer, para que me pasara a buscar en diferentes horas, todo dependía de cuando me quisiera retirar.

Había hablado con mi tío un par de veces y con Tía Cordelia una vez, donde termine cortando el teléfono antes de terminar cortándome las venas.

Si, cada día estas más melodramática Eloise.

Guarde los libros que no necesitaba en mi casillero y me volví para salir.

Programe "Rolling in the Deep" en mi IPhone y comencé a caminar, lo curioso de no haber hablado con Kayred, era el hecho de que el parecía tampoco esforzarse mucho por buscarme, sin contar los mensajes de texto donde me pedía llamarlo o verlo después de clases, no se había acercado directamente a mí.

Lo bueno es que tampoco lo había visto cerca de Avery y tampoco había escuchado rumores de que hubieran vuelto, al girar a la salida, alguien me halo de mi brazo y termine chocando con un cuerpo cálido.

Al levantar mi cabeza vi los oscuros ojos de James mirarme fijamente, algo sorprendida, me quite los audífonos y le mire.

— ¿Qué sucede? —le pregunte. Él pareció pensar un momento, y yo mire su mano que aun sujetaba mi brazo.

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