Tristitia

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 Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía
;el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado, del mar,
y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;

mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar  

En la mañana azul, al despertar, sentíael canto de las olas como una melodíay luego el soplo denso, perfumado, del mar,y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;mi padre era callado y mi madre era tristey la alegría nadie me la supo enseñar  

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Abraham Valdelomar

Antología PoéticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora