CAPÍTULO III: ELIXIR

1.4K 100 21
                                    


CAPÍTULO III - ELIXIR

·

·

·

Sakura


Lo último que recordaba con claridad era aquel destello rojo, sí...Su cara pálida húmeda por el agua del río y distorsionada por la corriente que nos arrastraba, coronada por aquellos enigmáticos ojos color carmesí que le daban un aire de grandeza y terror a su aura demoníaca.


Mi error fue mirarlo a los ojos, en cuanto lo hice mis entrañas se revolvieron, mi cabeza empezó a palpitar y el aire que aún quedaba en mis pulmones solo hacía que estos me ardieran. Sentí angustia y una sensación de impotencia ante la grandeza de su poder. Él me superaba, yo siempre sería débil por mucho que me esforzara,siempre sería una...


...Hanyou.


No, yo no era así, mi mente no era así. No me iba a menospreciar, esto solo era pasajero, culpa de la maldita Luna Nueva. En cuanto pasara mis poderes regresarían, lucharía por sobrevivir, como siempre...


Como siempre...


Pero claro, la Luna Nueva aún no había pasado, todavía tendría que pasarla...Si mis cálculos no fallaban eso sería en cinco noches, pero...¿Cuánto tiempo llevaría dormida o desmallada? ¡Maldición, no puedo dejar que esta situación me supere!


Mi cuerpo se sentía pesado, incómodo. Mis músculos estaban entumecidos, notaba que estaban en una posición extraña, quizás colgando o estirados...Un líquido frío se deslizaba por el lado derecho de mi magullado rostro, quizá estuviera debajo de una gotera...


Una gotera, una gotera...


¡Eso es! Ese malnacido me ha vuelto a traer a la habitación oscura de antes. La última vez que estuve aquí había poca iluminación, pero gracias a mis sentidos sobrenaturales podía escuchar el repiqueteo de las gotas al caer al suelo.


No sabía si debía alegrarme o estar alerta, pues las gotas de agua estaban logrando espabilarme poco a poco de mi sueño. Mi boca estaba reseca y mi garganta escocía, eso confirmaba que había estado dormida más de lo previsto.


Abrí los ojos y esperé a que estos se acostumbraran de nuevo a la oscuridad. Permanecía colgando de mis brazos, pero a mis pies había un taburete. Obvio, si no lo hubiera puesto ya estaría muerta por ahogamiento. Al estar suspendido en el aire y tener los brazos extendidos hacía arriba sujetando tu peso, debías hacer fuerza para subir y respirar, de lo contrarío al estar tan estirado tu diafragma no se puede expandir y el resultado es simple, mueres.


Mi oreja izquierda se movió al sentir un movimiento desconocido. Era una puerta, lo podía deducir por el sonido chirriante de esta. La nariz me picó al percibir su aroma, él olía a bosque y a menta, condenadamente bien.


¡Por el amor del señor de los infiernos! ¿¡Me estaba volviendo loca o qué!? Él es un Youkai, un maldito Youkai. Todo el mundo, demonios y humanos, sabían que las relaciones entre ambos eran incompatibles. Y no por la crianza, ambos podían criar, pero era raro y escaso que un Hanyou y un Youkai copularan...Eran dos maneras de pensar y dos aptitudes completamente opuestas.

MUNDO DE YOUKAISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora