"Corazones desiguales"

CAPÍTULO IIII

*MAXXIE*

Salí furioso con las manos en los bolsillos de la oficina del director ¡Tanto drama por un poco de pegamento con cemento embarrado en el cabello del imbécil que quería hacérsela de machito conmigo! Al menos esa brillantina rosa que le puse de adorno hace que le brille su mariconada que tiene para que todos lo vean mucho mejor.

Fui a mi locker pateando ligeramente al aire llegando a la fila de lockers en el pasillo, empecé a sacar mis cosas y ponerlas en una caja que tenía guardada para cuando me expulsarán de esta basura de colegio.

De nuevo otra vez con la misma pendejada - dije suspirando de frustración - ¿porqué no puedo irme lejos y ya?

Cerré mi locker con fuerza y me fui de ese apestoso lugar para no volver jamás.

Era medio día y sinceramente no había durado en este colegio ni 4 meses; salí y estaba mi padre esperándome con su estúpida mirada de decepción.

Entra de una vez - dijo fríamente

Buenas tardes padre, yo también me alegro de verte - respondí con sarcasmo

Tienes suerte que no te envié a la escuela militar - espetó con desprecio - así que no empieces

Entré al carro fastidiado mientras acomodaba las cosas a mi costado; el viaje en carro era incómodo como siempre: mientras mi padre conduce escuchando la radio yo me echo a dormir un rato lo cuál está vez no conseguí debido a lo que dijo mi padre.

Ésta es tu última oportunidad - me advirtió sin mirarme - vas a ir a una última escuela y si te expulsan te largas de mi casa

No supe que decir y sólo asentí con la cabeza cuando me di cuenta que me miraba por el retrovisor a esperar mi respuesta que con un movimiento de cabeza dije que sí como "aceptando su advertencia".

Me eché y me puse mis audífonos para perderme en mi música; me preguntaba si algún día tenía el valor dejarlo todo y ser feliz pero sin querer de pensar tanto en eso me quedé dormido.