Creo que soy feliz, creo.

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Me gradué hace poco, por fin comenzaba mi vida de aventuras, dinero, mujeres, lugares nuevos, fama, y más dinero y mujeres, era lo que siempre había querido en toda mi vida desde los 13 años desde que conocí a aquella chica fea y extraña, pero en ese momento creía que era bonita. En fin, era el día de mi graduación, muchos se graduaron con honores, otros ni siquiera llegaron al final del recorrido y otros renunciaron, pero yo no, no me gradué con honores, pero fui un alumno responsable, y desgraciadamente promedio, pero si fui reconocido por mis labores para con la escuela. Al finalizar la ceremonia mi amiga Gaby, quien ya conocía hace unos años, me hablo y empezamos a hablar, me felicitó por mi logro, ya que ella ya se había graduado meses atrás de otra carrera, comenzamos a coincidir en puntos sobre la escuela, me felicitó por el nuevo sistema educativo que yo implante y quedamos para hacer investigaciones y comenzar a desarrollarnos, a implementar lo que aprendimos, como en aquella serie popular que tenía algo que ver con el Big Bang, pero ya no la recuerdo muy bien. En fin y al finalizar, casi al irse me dio una notita que no leí hasta llegar a mi depa que decía

Eres un gran chico, siempre me gustó tu forma, de ser, siempre me gustaste, desde que te conozco, y me preguntaba, si

¿QUIERES SER MI NOVIO?

Me quedé atónito al leer lo que me había escrito Gaby, y a mí siempre me pareció muy bonita, entre otras cosas, así que también me gustaba. Al día siguiente fui a su casa, su mamá me abrió, le pregunté por Gaby y me permitió pasar a su cuarto donde estaba ella simplemente acostada, se sorprendió al verme y me preguntó

- Hola, ¿ya leíste la nota que de di? –

- Si,...... -

- ¿Y que dices?

A lo que simplemente le respondí dándole mi primer y más tierno beso de mi vida, accediendo a la relación que ella propuso, pero le dije

- Para mí lo correcto es que el hombre se declare a la mujer - así que saqué una cajita de madera de mi bolsillo, me hinque, lo abrí descubriendo un pequeño anillo no tan caro, pero de una buena denominación y dije – Gabriela, ¿quieres ser mi novia?- a lo que sin dudar respondió un grande y casi gritado – ¡¡¡Sí!!!

Ella me dijo que ese era el momento más feliz de su vida, pero algo me faltaba a mi que no me terminaba de convencer sobre mi amor para ella, si, era cierto, me había enamorado de ella en su tiempo, pero ahora ya había madurado, ella también, pero junto con mi maduración llegó una forma de pensar que, ergo, me hizo dudar sobre aquella relación.

El tiempo pasó, las primeras semanas fueron geniales, creo que ya me estaba convenciendo el amor que yo sentía para con ella, pero comenzó a ser monótono, lo que comenzó a preocuparme, yo daba todo lo posible por ser un buen novio, y esos intentos iban más allá de los simples detalles, citas y etc... Que harían las parejas normales, yo odio ser normal, así que eso era lo que principalmente me preocupaba, la quería cada día más solo que no me gustaba esta situación.

Jamás le dije que no me gustaba la situación de rutina, solo le dije que como siempre estábamos en el mismo lugar, le propuse que recorriéramos diferentes caminos cada día descubriendo todo Estocolmo, encontrando nuevos lugares cada día más bonitos dándonos una perspectiva diferente, el verdadero Estocolmo, Nuestro Estocolmo, esto salvó la relación por un largo rato, haciendo el noviazgo más estable.

Yo no era un novio común, yo era de detalles bonitos, pequeños, pero los daba de vez en cuando, yo lo hacía con el objetivo de no ser predecible, para dar una emoción parecida al recibir un detalle en cumpleaños, pero esto a ella no le gustó, pensaba que no le daba importancia a la relación, que no le daba su lugar a ella y que solo jugaba con ella, pero lo hablamos y se arregló el mal entendido, me siento afortunado por tener una chica que hable y ser alguien razonable, arreglar los problemas de manera inmediata, creo que ese es el problema de la mayoría de las relaciones standard o comunes, así que yo decidí no ser así, saliendo de la caja donde viven todos, y visualizando nuevos horizontes jamás explorados.

Gracias a la habilidad de ambos de resolver los problemas, no somos una pareja común, y se solucionaron problemas que pudieron haber terminado con la relación sin siquiera llegar a una confianza segura.

Pude haber dicho noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora