20.

52 1 1
                                    

Cuando te despertaste supiste que no tuviste pesadillas, Will a los pocos minutos despertó.

—Buenos días—Luego sentiste que quería atreverse a decir algo pero dudó un poco pero después igualmente lo dijo—Tengo que ir...a trabajar.

—¡Oh! Claro—dijiste tratando de entender pero en el fondo no lo hiciste, aunque deberías ya que tenía que hacerlo—Esto te está haciendo mal, Will.

—Quiero dejarlo, pero no puedo—Dijo con pena.

—Te importan esas personas—Miraste al piso y suspiraste cansada, luego tu mirada volvió a sus ojos—Creo que te deberías preocupar más por ti.

—Me preocupo por mí, pero siento que al no resolver su problema me vuelvo culpable—Él se encogió de hombros y se cubrió el rostro con las manos.

—No eres culpable—Tocaste su hombro derecho y después el izquiero, te acercaste y lo abrazaste

—No trates de ser géntil—Dijo Will apenado y arrepentido por lo que le dijiste.

—No lo soy, no eres culpable, lo sé, tú no tienes la culpa de eso—Dijiste con mucha pena por él.

—Me siento así, y por eso no quiero dejar mi trabajo—Él bajó la cabeza.

—¡Te hace mal!, ¡Te encuentras confundido!—Se te formó un nudo en el pecho haciéndote imposible no estar triste.

—No importa—Dijo Will y él se dió media vuelta y se fue a su habitación.

Tú te quedaste ahí sin hacer nada, sentiste que nada tenía sentido, nada era bueno para ti, nada era justo para ti, ¿La vida se arruina tanto?, ¿De un día para otro?, ¿Por qué tanta tristeza para un corazón tan sensible?, ¿Alguien podría entender una historia como aquellas?, ¿Una traición, debilidad, pesadillas...amor?, ¿Es aquel sentimiento destructivo tan puro como pensabas?, con Will Graham no era así, era peor.

—Disculpas—Escuchaste la voz acompañada con el sonido que hace la puerta al abrir.

—No existe problema—Dijiste con el fin de dejarlo tranquilo.

—Me gustaba cuando decías las cosas porque las sentías, no para mi tranquilidad—Él se puso muy enojado.

—¿Quieres que te diga la verdad?-Gritaste con furia—me importas, y por eso te digo que esto te hace mal, pero tú sigues con la idea de que tú tuviste la culpa. Sigues con esa estúpida idea sin sentido, tú te haces esto, ¡No hay nadie que me importe más que tú, pero tú no te das cuenta!, idiota.

Él dió una bocanada de aire, y una de sus manos temblaron, la otra se mantuvo firme.

—Estás loca—Fue lo único que se digno a decir.

Tú te quedaste mirándolo sorprendida, ¿Lo único que sentía era eso?, ¿No se esforzaba por responder algo más digno?

—¿Loca?, ¿No me dices nada más?—Dijiste resignada.

—No hay nada más que decir—Él cerró lo ojos con cansancio, tú también lo hiciste, pero luego sentiste sus labios junto con los tuyos, dando a lugar un profundo beso.

Cuando se separaron, tú lo miraste confundida, él te miro con una sonrisa, una de confianza, una distinta a las anteriores.

—Estás loco—Comentaste eliminando tu mirada confundida reemplazando con ese rostro de burla que no te caracterizaba.

En su rostro le viste una pequeña sonrisa, ¿Verdaderamente se besaron?, amabas como él tenía el poder para volverte loca, era él, no había nadie más que te hacía sentir igual, ¿Pensara él igual que tú?, ¿Sentira él aquel mismo sentimiento que recorre por tu cuerpo al sentir aquel amor?, tú estabas enamorada de él, harías cualquier cosa por él, lo necesitabas, él era la primera persona que te hacía sentir esos sentimientos, él era el único que te hará sentir eso, ya que no hay nadie igual a él, nunca habrá nadie igual a él, alguien que ames tanto, alguien que te haga perder los pensamientos al sólo verlo, alguien que haga dejar de lado tu precupación por ti misma, por pensar en él, Will era él único que podía cambiar de aquella forma tu vida.

Ambos se acercaron, sus respiraciones eran al mismo tiempo, por primera vez que era así, ambos se tomaron de las manos, juntaron sus frentes y cerraron los ojos, era un sentimiento tranquilo, uno que siempre deseaste tener, te sentías bien por sentir el silencio.

Pero aún así, tuvieron que separarse.

—¿Por qué nos besamos y después nos peleamos?—Te preocupaste por aquella pregunta que salió de tu boca.

—No lo sé—Él respondió con su mano acariciando tu mejilla.

Tú lo besaste, él puso sus manos a tu cintura, tus manos estaban en su cuello, una sensación recorría todo tu cuerpo, era una buena sensación, tu timidez ya no estaba, tus piernas subieron a su cintura, él te apoyó en la pared, luego se escuchó el timbre, ambos se separaron con un suspiro de decepción, él fue a abrir y era Alana, ella estaba con una sonrisa de buenos amigos, tú trataste de ocultar que había interrumpido un momento especial, trataste de hacerlo y te resultó muy bien, sonreíste imitando su sonrisa.

-—Cómo están?—Su sonrisa se desvaneció por un segundo al mirar a Will pero luego volvió al ver que miraste su acción.

—Muy bien, Señorita Alana—Ocultaste la acción anterior, como si nada hubiera pasado.

—Muy bien, ¿Cómo estás tú?—Will devolvió la pregunta de cortesía.

—También estoy muy bien, gracias por preguntar—La que ahora parecía una sonrisa demasiado exagerada de Alana se desvaneció completamente dejando un serio rostro.

—¿A qué viene su visita?—Will miró con un rostro de buenos amigos.

—Estoy aquí para decirles que estoy preocupada por Will, además que quiero que conversemos sobre temas de camino al trabajo—La sonrisa de Alana volvió.

Tú sentiste celos al instante, pero los ocultaste para que Alana no sospechara de que estabas demasiado enamorada de Will, no le hiciste caso a tu mente, no le gritaste diciendo: ¿Por qué estarás sola con Will?, ¿Por qué quieres estar más tiempo con Will?, en cambio le dijiste:

—Bueno—Tu sonrisa para evitar tus celos apareció, formando de una tímida a una de confianza.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 12, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Recuérdame. (Will Graham)Where stories live. Discover now