Los días se volvieron semanas y las semanas se convirtieron en meses, aquel hombre aparentemente llegó para quedarse. Las cosas en casa se habían vuelto complicadas, yo no entendía que podía ofrecerle ese hombre a mamá para hacer que se olvidara de todo (incluyéndome) para solo estar junto a él todo el tiempo.
¿Acaso ese hombre podía estar a la altura de papá? No entendía cómo después de pasar tanto tiempo con un maravilloso padre y esposo podría ver si quiera un reflejo de eso en Walter, si, así era su nombre...Walter, el nombre que quedará grabado en mi memoria hasta el fin de mis días.26 de Noviembre, mamá, después de mucho tiempo pareció recordarme, me dijo que quería hablar conmigo, no podría explicar la alegria que sentí en ese momento, ¡Tenía a mi mamá de nuevo! Nada en ese instante podría arruinar lo que sentía.
-Mi niña, ven aquí.
Me guió hasta la parte trasera de la casa donde solía estar el estudio de papá.
-Adivina que tengo para ti
-Vamos mamá, muestramelo ya, damelo, damelo!
-Hey, tranquilla chiquitina, para ganartelo debes completar una misión muy importante, si lo haces te lo daré.Me quedé mirándola por unos segundos llena de espectativa hasta que siguió - ¿Te acuerdas de Michael? - Asentí con la cabeza - Sus padres tienen una farmacia, tu misión es ir y traerle a mami unas cuantas jeringas, pero será nuestro secreto, nadie se puede enterar, en especial el señor Bags, luego yo personalmente le pagaré por ellas. Tu solo debes ir a jugar mucho con Michael, cuando nadie te vea las cojes y vienes donde mami, entendido?
-Si mamá, entendido.Así, emprendí camino a completar la misión, ¿Por qué mamá querría jeringas? ¡A lo mejor ahora era doctora! Fuera lo que fuera yo conseguiría eso con tal de tener a mamá de vuelta.
Me pasé varias horas jugando con Michael a los astronautas, los vaqueros y también con la locomotora que le habían regalado sus padres en su cumpleaños.
A las 7 el señor Bags cerró la farmacia la cual estaba unida a la casa por un gran portón. Le dí la idea a Michael de jugar a los doctores pero como todos, necesitabamos nuestros atuendos e implementos, así que corrimos a la farmacia a escondidas de su papá porque si nos veía probablemente nos sacaría. No fue fácil, pero por fortuna pude encontrar las jeringas, me despedí después de un rato de Michael y del señor y señora Bags y fui corriendo a casa.Afuera de casa, era imposible no escuchar:
-¡SI ESA MOCOSA NO LO CONSIGUE ME LARGO DE AQUI JUNTO CON TODO LO QUE ES MÍO!
-Walter, cálmate por favor, te aseguro que ella lo va a hacer
-¡ESTOY HARTO DE ESCUCHAR "Walter cálmate, Walter tranquilo" ES TU OBLIGACIÓN TRAER LO QUE ES NECESARIO PARA ESTO, NO TODO ES GRATIS EN ESTA VIDA!
-Lo sé Walter pero...
-¡PERO NADA!Y se escuchó un ruido fuerte, como el choque de algo contra una tabla o puerta. Por fin terminó la discusión y entré a casa yendo directamente a la habitación de mamá la cual estaba cerrada desde adentro.
-Vete a tu cuarto - sentenció Walter con voz tosca y fuerte
Así que obedecí, fui a mi habitación y caí en un profundo sueño sobre mi cama. Al despertar había un silencio infinito, decidí salir y vi a mamá sentada en el sofá mirando fijamente hacia la ventana con los ojos llenos de lágrimas y sangre fluyendo de un lado de su boca y de su ceja.
-Mamá, ¿Que te pasó? ¿Estás bien?
-Las jeringas, ¿Las tienes? - Dijo sin siquiera voltear a mirarmeLas saqué de mis bolsillos y las puse sobre sus piernas. Se levantó y caminó hacia su habitación dejando sobre el sofá una muñeca de tela, pequeña y un poco rota en la pierna, la agarré y fui a mi habitación. Estuve un rato pensando, ¿Que le habría pasado a mamá? ¿Debería decirle a Amanda? ¿Qué debía hacer? No lo sabía.
Sentí como mi estomago rugía así que salí a buscar en una despensa donde guardaba la comida, vi un sándwich envuelto en un pedazo de papel aluminio y me lo comí. Varias horas más tarde en mi habitación después de pensar en varias teorias sobre que le había pasado a mamá (obviamente todas erróneas) me dejé llevar por el sueño...
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Decisiones de la vida
Teen FictionY ahí estaba yo...una niña de 10 años de edad con su cabello rojizo recogido en una cola de caballo muy despeinada y sus uñas con restos de esmalte destrozado por tanto mordisquearlas, en la parte trasera de un viejo auto esperando a que el hombre q...