Gotham es la clase de ciudad donde uno no desearía vivir; siempre hundida en la miseria y en la más profunda oscuridad como si los dioses la hubieran dejado de lado, sola a su suerte. La inmundicia aflora como el aroma podrido vagando por las call...
No es bueno ir por la vida buscando respuesta a lo que no las tiene, es una de las cosas más importantes si quieres sobrevivir en una ciudad como esta "Una ciudad sin luz, pero con esperanzas". Eso es lo que les gusta creer a los ciudadanos optimistas, en este caos se vuelve costumbre hacerlo y en el mejor de los casos ocurre un milagro.
Gotham es la clase de ciudad donde no te gustaría vivir, siempre envuelta en oscuridad y penumbra, la jaula de los locos considerados escoria, mentes criminales que harán cualquier cosa para obtener lo que quieren. Se que ellos nos resguardan por la noche y cuidan nuestros sueños. Al caer la noche el viejo campanario de la ciudad marca el tiempo en el que saldrán los ángeles de la noche encargados de proteger a Gotham de la inmundicia que la corrompe.
—Después de todo ¿No fueron los hombre los encargados de construir grandes edificios como murallas en sus intentos egoístas de poder?
—¿Desde cuando nos dedicamos a perseguir cosas tan triviales y comunes, dejando lo importante de lado?
—Hay cosa que son más fuertes que nosotros mismos ¿Cuanto más? Y ¿Como? podremos soportar esa ausencia.
Esta historia no comienza como las demás; porque no hay razón para hacerlo, empieza en un atardecer imponente que arrastraba el velo de la noche a caer y consigo la noche. En una azotea se podía discernir la sombra de un determinado cazador acechando a su presa y es que solo su CheyTac M-200 sería testigo de lo que iba hacer. Apuntado sin piedad a su objetivo y a la vez pensando en tantas cosas.
Gran Comida "Evento de Beneficencia en Country Mansion" Gotham City 6:00pm.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En uno de esos eventos de la cálida, se encontraban las más grandes personalidades de Gotham: los millonarios excéntricos, las cabezas del cuerpo de seguridad de Gotham, el alcalde, los directores generales de algunas otras corporaciones y entre ellos el director del hospital general de Gotham. Su nombre era Peter Beckett, un hombre de mediana edad como típico estereotipo de gran señor, uno más en la gran lista de adinerado de la ciudad, su lema era nunca dejar morir a un pudiente.
Sr.Beckett: Comisionado es en verdad un gusto verlo aquí, sólo que creí que no le complacía en nada este tipo de eventos.
C.Gordon: Como tendrá bien sabido yo odio estos eventos de mera formalidad impuesta por los intereses totalmente ajenos a una causa caritativa —El comisionado refunfuño negando con la cabeza, tratando de meterse en ese respetable papel que todo el mundo admiraba.— yo solo vengo aquí de representante, ya sabe después de todo supongo que es parte de mi trabajo.
Sr.Beckett: Sí, supongo que el trabajo es trabajo a fin de cuentas —tomó aire para hacer una pausa reflexiva con un toque innato de credulidad — Perdone mi atrevimiento pero me gustaría hacerle una pregunta sobre el rumor que bien usted y yo sabemos sobre el contrabando de órganos ilegales, no me puedo imaginar a ningún doctor que caiga tan bajo para presentarse a una actividad tan poco moral.
C.Gordon: Le aseguro que no hay nada de moralidad en las acciones egoístas de un psicópata, debí saber que no sirve de nada negar lo ya que todo se da por enterado en esta ciudad e incluso temas tan delicados como estos —Aunque no era la primera ves que hablaba de un tema tan escabroso con el Sr.Beckett seguía sintiendo esa sensación de incomodidad, le recordó la vez que le solicito ayuda para contactar a un psicoanalista experimentado y de altos calibres para resolver un caso.
Sr.Beckett: He de suponer que también se le atribuyen los secuestros y desapariciones a este grupo de depravados —Lo mas preocupante era la imagen del hospital ¿Que podrían llegar a pensar las personas? ya que tenia total acceso a los cadáveres, almacén de órganos y su supuesto registro — ¡Deben de ser detenidos! ...
Entre la multitud los 2 hombres alcanzaron a oír con claridad una voz que conocían a la perfección, no era ni mas ni menos que el mismísimo Bruce Wayne. Tan impecable como siempre, vestido con la más imprescindible elegancia justa para la ocasión.
Bruce Wayne: Por favor señores, creo que hay temas mas amenos de los cuales discutir, después de todo yo soy de las personas que piensan que todo problema tiene una solución —Esbozo una cálida sonrisa y con su carisma saco otro tema de conversación, algo superfluo pero sirvió para librar a Gordon de dar explicaciones.
