Casillero 279

Jesse. IV

Jueves 20 de Febrero, 2014.

Después de lo ocurrido ayer en casa de Madison, no quise volver a sacar el tema de Avery. No hasta hoy.

Por suerte la encontré sola hoy a la hora de la salida, por lo que me apresuré para llegar a ella.
Mi plan era invitarla a mi casa, donde por suerte estaba mi mamá, y después de almorzar iríamos a mi cuarto a hablar.
—¿Ya te vas? —pregunté abrazándola por detrás y depositando un beso en su mejilla. Ella se volteó para verme.
—Aún no... justamente estaba esperando a que salieras para que fuéramos a comer algo —dijo acercándose para darme un beso.
—No lo sé... en mis planes estaba invitarte a comer a mi casa... mi mamá hizo lasagna —esbocé una sonrisa.
—Entonces a tu casa —se acercó y me dio otro beso.

***

A mi mamá no le caía bien Madison. Pero no lo demostraba enfrente de ella. Sino que era todo lo contrario, una vez que Madison salía por la puerta. Se acercaba a mí y me daba su reporte del día.

Una vez que habíamos llegado a mi casa. Le abrí la puerta y justamente estaba mi mamá en la sala viendo su programa de cocina
—¡Al fin llegan!, pasen pasen
  —Buenas tardes —saluda Madison.
  —¡Hola Madison! —sonríe mi mamá al tiempo que se levanta para dirigirse a la cocina—. Jesse. Cariño, ven a ayudarme
—¡Voy!
Le dije a Madison que pasara a sentarse al comedor en lo que regresaba.
Fui a la cocina y llegue hasta mi mamá.
—Aquí estoy.
Me dio dos platos para mi y Madison, con la lasaña servida.
—El ponche está en el refrigerador —dijo.
—Sale
Fui al comedor y asenté los platos para luego ir por los vasos y el ponche.

***

Mi mamá había subido a su cuarto. Mientras que Madison y yo habíamos ido al mío después de terminar de comer.
—Aún recuerdo lo qué pasó la última vez que vine aquí —volteó a verme
guiñándome un ojo. Reí y le indiqué que fuéramos a sentarnos en mi cama.
Saqué el celular mi bolsillo, lo desbloquee y entré a la galería de fotos.
—¿Que puedes decirme de esto? —le entregué el celular para que viera la foto que había tomado el martes, de la nota que había hallado firmada por ella.
  —No sé que es esto —contesta algo sacada de onda.
  —Pues a mi parecer es una nota donde dices desear que hubiera una forma de desaparecerla de nuestras vidas... ¿acaso tienes algo que ver con la desaparición de Avery...? —le pregunto casi en un susurro.
  —No Jesse. Yo no tengo nada que ver. Además, yo no escribí eso —aquello parece incomodarle y en ese momento se levanta y se dirige a la puerta para salir. Me levanto rápido y la sigo.
  —Madison... —la llamó para que se detenga—.  Por Dios, como vas a negarme que no escribiste esto —vuelvo a mostrarle la foto—. Si claramente es TU LETRA
—Entonces así sin más, por una estúpida carta "firmada" por mi, ¡¿Ya crees que tengo algo que ver con que la estúpida de Avery no aparezca?!
  —¡Ya Madison!, Yo jamás te acuse de nada. Sólo te mostré tal cuál lo que vi. Pero igual y si no tuvieras nada que ver, no tendrías porque haberte puesto así
  —Bien Jesse —pone ambas manos en sus caderas—. Cree lo que quieras. ¡Me vale mierda!
Baja a toda velocidad las escaleras y abre la puerta de la entrada. Antes de salir, voltea a verme de nuevo.
—Esta vez no te perdonaré con sólo tener sexo. Tendrás que ingeniártelas— Sale y cierra de un portazo.

Rayos.

Me volteo para regresar a mi habitación. Al pasar enfrente de la de mi mamá, dice algo que con claridad alcanzó a oír.
  —Mamá, pero si ella es un amor de persona, ¿por qué te cae mal? —dice imitando mi voz.
Río y me detengo. Regreso para entrar a su cuarto. Está en su sillón leyendo una revista de cocina.
  —Creo que hice mal en haber insinuado que ella tenía algo que ver... —me siento en su cama mirando al piso.
—De igual manera, como dijiste, ella no tenía porque haber reaccionado así
  —Ahora tengo que pensar cómo pedirle perdón...
  —Está vez no te perdonaré con sólo tener sexo. Tendrás que ingeniártelas —dice ahora imitando la voz chillona de Madison.

***

Entro a mi cuarto y vuelvo a sentarme en la cama. Entonces me pongo a pensar. Nunca se me había ocurrido contactarme con alguien cercano a ella. En este caso, Nick. Su mejor amigo.
Entro rápido a Facebook y tecleo su nombre en búsqueda. Una vez que lo encuentro, le envío solicitud de amistad; la cuál acepta a los segundos.
Me preparo mentalmente y le mando mensaje.
 
*Hola... 

Y en segundos aparece que está escribiendo.