Capítulo 2

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Editado.

Justo como predije, la semana paso terriblemente lento. Durante esa semana mis padres y yo terminamos de instalarnos en nuestro nuevo departamento.
—Oye Haru~ tengo mucha hambre, ve por algo para comer. —me dijo Emiko soltando risitas tontas.
—Yo quiero galletas Nya.— comentó Kano paseando por toda la habitación.
—De acuerdo, de acuerdo, les traeré algo, ¿tu qué quieres Dai? —le pregunté a mi chara más reciente.
—El cereal de la otra vez estaba muy bueno, quiero eso. —me pidió sonrojada.
—Ahora vengo, quédense aquí por favor.

Dicho eso salí de mi habitación y me encamine a la cocina. Mis padres se encontraban en el comedor discutiendo acerca de algo. Mientras tomaba dos paquetes de galletas y me servía un gran plato de cereal pude alcanzar a oír un trozo de la conversación.
—Realmente creo que si nos aliamos con esa empresa nuestras acciones podrían subir considerablemente. —escuché la voz de mi padre.
—Pero cariño, no hay prisa, recuerda que le prometiste a Haru dejarla ir a la escuela. Además ellos te necesitan más a ti que tu a ellos, no hay por qué precipitarse. Lo harás excelente, creo que podrás sacar provecho de Easter solo si esperas, no se negarán, te lo aseguro. —le dijo mi madre con una voz convincente. Mi padre suspiró.
—Tienes razón, es mejor no adelantar las cosas.

No me interesó oír más la conversación, era lo de siempre; trabajo de papá y sus posibles empresas socias, así que regresé a mi cuarto con los bocadillos que mis charas me había pedido.


La semana por fin terminó y llegó el tan esperado día lunes.
El día anterior no pude dormir casi nada debido a la emoción y hoy, por fin iría a la escuela.
—¿Qué tal chicas? ¿Cómo me queda el uniforme? — les pregunté emocionada a mis charas.
—Te ves muy bonita.
—Se te ve genial.
—Nada mal.
El uniforme era bonito, consistía en una camisa blanca con una corbata y falda roja y un saco (o suéter) negro. Me puse unas medias negras hasta el muslo y mis zapatos negros. Mi hice una coleta alta y salí de mi habitación corriendo para desayunar algo, si no llegaría tarde.
—¡Haru date prisa faltan 15 minutos para que las clases enpiezen! — me dijo con una nota de preocupación Dai.
En la mesa solo estábamos mi madre y yo, por lo que me olvidé de los modales en la mesa que mi padre siempre me recordaba y comí todo lo que estaba en mi plato lo más rápido que pude.
—Haru, te hice un bento para que lo comas en la escuela. — me dijo mi madre — Estoy my feliz de que por fin vayas a la escuela, pero ya sabes como es tu padre, demasiado... ¿Sobreprotector?
Me tendió el bento que me había preparado y me dejó un beso en la frente.
—Mi niña grande, sabes que te amo. — me dijo con una hermosa sonrisa. — tu padre seguía intranquilo con dejarte ir a la escuela, pero logré convencerlo contratando a un chófer personalmente para ti, el te llevara todas las mañanas a la escuela y te recogerá todos los días de la escuela —saco de su bolsillo un celular color rosado y me lo dio —con esto podrás contactarte con nosotros. Ahora ve.

Volvió a sentarse en el comedor y siguió desayunando.
—Gracias mamá — le dije y me fuí con prisa.


—Eso fue muy tierno de parte de tu mamá Haru-chan — me dijo Emiko.
—Ella te ama a su manera, después de todo eres su hija-nya — comentó Kano y Dai asintió.
—Tienen razón — les dije sonriendo.

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Mi chófer me dejó justo a tiempo en frente del portón de la escuela.
—Tenga un buen día Suzuki-sama.
—Igualmente — le dije amablemente.
Cerré la puerta del auto y me alegré de ver a poca gente llegando y con prisas. Al menos yo no era la única.
Me encaminé dentro del edificio (el cual era bastante grande) y mire a mis alrededores totalmente perdida, era mi primera vez en una institución, así que no sabía a dónde ir o que hacer.
—Deberías preguntarle a alguien donde está la oficina del director — dijo Dai bastante seria. La verdad es que Dai tenía una personalidad muy fuerte, a pesar de conocerla desde hace poco mi pequeña chara imponía mucho y tenía una gran habilidad para manipular.
—Pero, ¿qué diré? Me da pena preguntarle a alguien, no lo haré.
—Oh, si lo harás, CHARA CHANGE.

Me acerqué a un niño con anteojos, tal vez 2 años menor que yo y le pregunté dónde se encontraba la oficina del director demasiado seria. El se sonrojo un poco, pero aún así me ayudó y guió.
—Es aquí, senpai...
—Sazuki, Sazuki Haru.
—Sazuki senpai.
—Te lo agradezco — hice una sonrisa de medio lado e hice a un lado mi cabello.

Después de eso deshice el CHARA CHANGE

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Después de eso deshice el CHARA CHANGE.

Toqué dos veces la puerta, escuché un leve adelanté, así que entré.
—Con su permiso — dije tímidamente.
—Hola jovencita, ¿en qué puedo ayudarte? — me preguntó un hombre alto y apuesto.
—V-verá soy una alumna nueva y yo, ¿n-no se donde se encuentra m-mi aula?
—Oh, tu eres Haru Suzuki, de sexto año; ¿cierto? Mucho gusto, soy el director de esta academia — me dijo sonriendo.
— Wow, luce muy joven — dije en un susurro.
— Gracias jovencita, muy halagador de tu parte. Espera un minuto aquí, iré por el profesor Nikaidou, tu tutor.

Narra Amu.
Después de todo el revuelo que se hizo gracias a la alumna nueva, Mashiro Rima, el profesor recibió una llamada y salió del aula.

Toda la clase se encontraba en tensión, las chicas estaban molestas por la actitud arrogante de Rima y los chicos estaban babeando por ella. Mashiro por su parte se encontraba sentada tranquilamente esperando que el profesor volviera. Ran, Miki y Suu me habían comentado que sentían la presencia de un huevo proviniendo de esa chica, lo más probable es que fuera un chara. Había rumores de que ella sería la nueva reina, así que tenía bastante sentido. No pude evitar volver a pensar en Nadeshiko, la iba a extrañar muchísimo, no podía creer que se había despedido de mi mediante una carta y que no me había comentado nada de nada.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando el profesor entró de nuevo al aula con una gran sonrisa.
—Muy bien, todos presten atención por favor. El director me acaba de informar de la llegada de otra alumna transferida. Les agradecería que todos fueran amables con ella, no esta muy acostumbrada a las grandes multitudes. Pasa por favor, Suzuki san.

La puerta de la clase volvió a ser abierta, desviando la atención del profesor hacia la nueva alumna, todos los ojos mirándola con curiosidad.

La verdadera dueña del hompty lock (Ikuto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora