Al entrar, el olor a alcohol y marihuana inundaron mis fosas nasales, no solía asistir a fiestas muy seguido,charles como siempre me presento algunos de sus amigos, para después abandonarme.
Caminaba entre la gente, la mayoría estaba bebiendo o simplemente en el piso inconscientes, me dirijo al jardín, al salir de la casa logro visualizar una figura femenina y tal parece que ella nota mi presencia.
-Nuevo, verdad?-dice con una suave voz, tan Angelical que me demoro en contestar.
-disculpa?- titubeo ante el peso de sus grandes ojos sobre mí.
-Hablas enserio? Cualquier chico con hormonas maquinando estaría adentro buscando alguna presa, que haces aquí?- deseo reprocharle, no suelo ser así, mejor dicho, jamás he buscado una "presa" ni siquiera me interesan las chicas, o eso creo.
-este...tenía calor- es tan ridícula mi respuesta que me avergüenzo y no soy capaz de voltear hacia aquella joven.
A continuación escucho la melodia más dulce del mundo, su risa se expande por todo el jardín, y estoy casi seguro que los tulipanes se sintieron afortunados por tal hecho.
-y tú? Que haces afuera?- le pregunto después de un largo silencio.
-Disfruto la vista- sonríe, parece que se está burlando de mi, y también parece tener conocimieto de lo que pienso-los jardines son auténticos, no crees?
- sí, claro.
-bien- su sonrisa parece forzada, y me veo obligado por su belleza a observarla unos largos minutos.
La chica es linda, quizá mucho, tiene un cabello poco normal, lleno de colores lúgubres, unos grandes ojos color vainilla, largas pestañas y, aunque lleva un jersey como tres tallas mas grande, se ve delgada.
Siento mis mejillas arder cuando la señorita sin nombre me descubre observándola.
-Adios- es lo único que dice, observo como se aleja detallando aquel jardín,y siento que se lleva consigo mi alma.
