Demonios, Abelard Van Helsing

Bienvenido al infierno.

He visto y hecho muchas cosas que llevarían a cualquier hombre a querer arrancarse los ojos. Pero debo pensar más allá de mi persona. Son cosas que habrás de aprender. Sigue leyendo, pues ya has firmado tu condena, como hice yo tiempo atrás. En este preciso instante quizar te digas ya que deberías cerrar éste libro en cualquier momento y desentenderte de su contenido. Pero no lo harás; te resultará imposible, pues ese es ahora tu destino y no puedes escapar de él. Serás mi aprendiz y yo tu maestro desde más allá de la tumba. Al principio, tu corazón se acelerará y te embargará la emoción anye la aventura que todo ello comporta. Entonces te sentirás cual Díos en la tierra. Pero con el tiempo, la soledad y el horror que habrás por doquier te correrán cuerpo y alma, y entonces maldecirás mi nombre. Tu rencor, sin embargo, se desvanecerá; llegarás a entender que nada tengo que ver con la misión para la que has sido elegido. Desconozco los motivos que han determinado tu elección tanto como ignoro los que determinado la mía.
Con el aprendizaje de mis conocimientos, descubrirás lo que el destino te reserva. Tu suerte en este miserable mundo no es otra que la de dedicarte a la caza y la destrucción, viviendo de incógnito y sintiéndote siempre objeto de repudio. El mundo de los mortales te dará la espalda. No tendrás más identidad que la de ser quien eres, pues desde este momento vas a convertirte en un...
Cazador de demonios.

Dedicado a Jorge R. Reyes.
Yeyitos, esto es por ti!