Ultima voluntad...

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El frío del crudo invierno arrecia en el monasterio donde espero el momento final, y los días se hacen cada vez más cortos.
Escribo estas líneas a la luz de unas velas crepitantes y hago esfuerzos tanto por ver lo que escribo como por recordar todo lo que debe quedar por escrito. Nada deseo menos que revivir gran parte de lo que ha sido mi existencia; los pocos recuerdos que se acercan siquiera a la felicidad están teñidos de amargura por la escasez que comportan.
Se ma acaba el tiempo y más, si cabe, las fuerzas para aferrarme a este suplicio terrenal. Siento la muerte muy próxima. Es uba certeza para la cual no tengo explicación alguna. Solo sé que el frío que entumece mis huesos y la sangre que recorre cada vez con más lentitud me dicen que es una verdad inmutable. Oigo, por segunda vez en mi vida, la lamada de la muerte.
Debo confesar que estoy cansado de esta vida; anhelo el abrazo de la parca más que el de cuantas amantes haya deseado. Rezo con la poca fé que me queda, para que, tras una existencia entregada a este cometido, el último abrazo me reporte al fin la libertad y la dichaque durante tanto tiempo me fueron negadas.
Van Helsing.
Y

eyos, para ti

Demonios, Abelard Van HelsingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora