The Five on Fire

Epílogo.

***NARRA BRI***

Ahí estaba, mirándola fijamente, esperando a que nos diera alguna señal para poder continuar, pero nada. Seguía ahí viendo por una pequeña rendija y por cada minuto que pasaba yo más me impacientaba. ¿Cuánto más iba a tardar? No teníamos mucho tiempo antes de que alguien venga y nos descubra.

—¿Y bien?— pregunté un poco cabreada. 

—No hay monos en la costa— respondió mi fiel compañera de cabello envidiable, tenía unos rulos impresionantes. 

—¿Segura?— le dijo nuestra otra compañera, la de cabello salvaje y rulos locos. 

—Sí piccola, solo apresúrence— dijo Ally, la chica rulos impresionantes. "Piccola" así le decíamos a Yocet, porque no solo era las más pequeña en edad, si no que también de estatura.

Salí hasta donde se encontraba mi amiga y nos escondimos trás un pilar gigante. Nos miramos por un segundo. Estábamos las tres serias, sabíamos lo importante que era esto, teníamos que terminar de una vez por todas esta guerra de la que eramos parte desde hace ya diés años y así librar a todos nuestros compañeros. Esta era nuestra última oportunidad y teníamos todo cubierto, no podíamos fallar y yo estaba segura de ello.

—Bien, no se ve nadie, solo debemos seguir el plan— dijo Ally, mi chica rulos, rompiendo el silencio. 

—¿Hacia dónde irá cada una?— preguntó Yocet, la más pequeña. 

—Yo iré por la derecha, tú ve por la izquierda— dije dirigiéndome a la susodicha— y Ally, tú puedes ir hacia adelante. 

—Está bien, pero cada una lleve sus celulares a mano, así la primera que vea a alguno de nuestros enemigos nos llama y estaremos ahí en menos de lo que tardas en deletrear paralelepípedo— dijo Ally bastante seria, yo reí para mis adentros ¿cuánto tardaría en deletrear paralelepípedo? P-A-R...

—Oye, Bri, ¿en qué piensas?— me dijo Yocet sacándome de mis pensamientos. 

—En nada importante— le respondí negando con la cabeza—. Entonces, ¿vamos?

—Sí— me respondió con un brillo tan característico en sus ojos.

Caminé hacia la derecha como era el plan, busqué y me acerqué a todo lo que me pareciera sospechoso, pero no encontraba nada. Estaba bastante frustrada conmigo misma ¿por qué no encontraba nada? ¿migomisma, acaso tú no eres una gran espía? Oh vamos, yo soy la espía blanca, puedo hacer todo lo que me propongo ¿o no?

Algo vibró en el bolsillo trasero de mi pantalón, lo que provocó que diera un pequeño saltito y casi soltara un grito, pero pude contenerme. Nunca me acostumbraré a que mi celular vibre, menos si estoy en mi mundo. Saqué el celular de mi bolsillo y vi la pantalla, ahí se leía claramente el nombre de Ally y una carita sonriente. 

—¿Qué ocurre?— le pregunté contestando de una vez por todas.

—¿Qué pasa contigo? ¡Contestaste como al quinto tono!— me replicó con un grito contenido, yo solo sonreí, la conozco tan bien, de hecho ahora mismo debe estar con su tan conocida cara de disgusto, que consiste en funcir el seño de una manera adorable. 

—Lo siento, es que el celular me asustó— dije intentando justificarme— en fin ¿qué ocurre, nena?

—¿Qué crees que ocurre? y no me llames así, estoy enfadada contigo— me dijo y eso hizo que mi sonrisa se amplificara aún más, amaba que le dijeran así y yo lo sabía mejor que nadie.

—No sé, tú dime, tú fuiste la que llamó.

—Ya, bueno, no te pongas así. Igual te amo, perra— sí, así nos tratamos—. Volviendo a lo importante, ven ahora mismo. Hay cinco de nuestros enemigos y son los más importantes— me dijo con su vocecita encantadora.