Capítulo 4

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***NARRA APRIL***

“'Cause baby you're a firework 

Come on, show 'em what you're worth 

Make 'em go "Oh, oh, oh" 

As you shoot across the sky-y-y 

Baby, you're a firework

Come on, let your colors burst 

Make 'em go "Oh, oh, oh" 

You're gonna leave 'em falling down-own-own”

Me encontraba en mi habitación “Cantando” FIREWORK de KATY PERRY, la música estaba a todo dar. Me encantaba.

—¡Cállate! No arruines mi canción favorita—escuché que gritaba el inepto de mi hermano.

—Boom, boom, boom 

Even brighter than the moon, moon, moon 

It's always been inside of you, you, you 

And now it's time to let it through-ough-ough”—continuaba cantando.

—¡Agh! Les diré a todos tus amigos que cuando eras pequeña, para un concurso de baile, ¡te disfrazaste de un cerdo! Si no te callas.

Oh maldición, cómo es posible que todavía se acuerde.

—Pues yo les diré a tus “amigas” que los condones que usas cuando follas con ellas están vencidos y ya los has usado antes—dije haciendo comillas con mis dedos en la palabra "amigas".

—No te atreverías—dijo entrando a mi habitación en bóxer.

—¿Me estás retando? Porque te aseguro que me encantan este tipo de retos—dije con una mirada desafiante, o eso intentaba. 

¡Wow!

Todo se dio vuelta. Parpadeé unas cuantas veces para ver si era yo. Pero no, el enfermo de mi hermano me había cogido de los pies y en este momento se encontraba bajando de las escaleras con mis pies en sus manos y yo dada vuelta.

Pasamos por fuera del cuarto de mamá (ese es su espacio, ya que allí mamá a veces adelantaba trabajo para el día que viene).

—Hola, mami—dijo mi hermano, de lo más normal.

—Hola, MI pequeño—dijo mamá, marcando el "mi", ya que tiene miedo a perderlo.

—¿Cómo ha estado tu día?—pregunto SU pequeño.

—De maravilla—le sonrió mamá.

—Mmm... perdón por interrumpir su conversación, pero aquí hay una señorita, a la cual la sangre se le está subiendo a la CABEZA—lo dije casi gritando.

—Mmm… tienes razón, mamá con permiso, —dijo mi hermano, tomando una pausa y mirándome—tengo que darle un castigo a esta señorita.

¡Qué! Podría querer mucho a mi hermano, pero cuando decía esa frase, siempre me lanzaba a la piscina.

—Okey cariño, ten cuidado.

¿Qué? Mi madre como siempre no le dice nada.

Empecé a observar mi atuendo. Y descubrí que tan solo estaba con la polera de mi hermano (y obviamente ropa interior), que por cierto me quedaba inmensa. Era de un color gris y poseía un estampado de un número, su número favorito, el 69.

—¡Bájame!—Le gritaba, pero este no parecía escuchar.

Ya estábamos en el patio, y estoy segura que nada le impediría lanzarme a la piscina.

The Five on FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora