Maldito día del infierno. Viernes, ultima hora de clases y me toca educación física, podría la vida ser mas cruel conmigo, odio esto enserio y mas cuando vas al instituto por obligación, porque de alguna forma siento que este no es mi sitio que soy inexistente, para esta gente que no conozco de nada aunque lleve aquí años y teniendo en cuenta que no me gusta hacer amigos.
Al entrar a la cancha de baloncesto diviso como hay gente trotando, hablando con amigos o compañeros, yo desecho esa idea al acordarme de que no soy amiga de ninguno.
Me encamino a una banca que hay a lo lejos. Sumida en mis pensamientos saco un libro y empiezo a leer.
Hasta que alguien palmea mi hombro, al girar me encuentro con una chica rubia, guapa y con cara de confusión.
—Hola, ¿ puedo sentarme contigo ?— La chica al ver mi cara de confusión sigue hablando — Lo siento, no quería molestar, soy nueva y al verte pensé que podías enseñar me esto. Adiós
— No, espera siento haber sido grosera , y respecto a tu pregunta claro que puedes sentarte.— me apresure a decir atropelladamente— por cierto soy Nora .
—Yo soy Samantha Camphbell, aunque mis amigos me suelen llamar, Sam— Dijo ella sin ningún tipo de problema. Esta chica era muy confiada y segura de si misma, nada comparado conmigo.
—Que confianza Sam, así que ya somos amigas — Bromee yo un poco sorprendida con la posibilidad o esperanza de tener una posible amiga.
—Claro, se nota que eres una buena persona e incluso una buena amiga.
— lamento decepcionarte, querida Sam, pero para ser buena en eso hay que tener amigas — Ambas reímos.
—Pues entonces me algro de ser tu primera amiga, si quieres, claro.
—Hablas enserio— dije yo asombrada por su propuesta, aunque no haya bromeado no significa que deba ilusionar me, además que seguramente lo haya dicho por amabilidad.
—claro que hablo enserio, yo nunca bromeo en estos aspectos.
—Pues en ese caso gracias por ser mi primera amiga — dije con ilusión.
—De nada Nora, para eso estamos — dijo con una sonrisa y brillo en los ojos que demostraban que hablaba enserio —Puedo hacerte una propuesta/pregunta.
—Claro...
— ¿Te gustaría venir a una fiesta en casa de unos amigos?
—¿A una fiesta?— pregunte desconfiada, ella asintió y yo dudosa dije una pregunta estúpida — ¿Con personas?— Ella volvió a asentir y reír a carcajada suelta. Haciéndome parecer estúpida.
—Venga, lo pasaremos bien ya veras conocerás a mis amigos, pasaremos el tiempo y nos divertiremos. Te lo prometo— me animó ella, yo dudosa a sentí, ella entusiasmada soltó un chillido.
.....
Espero que OS guste besos dulces;)
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Empecemos Con Un Para Siempre
DragosteEsta historia es una historia de amor muy peculiar