Tenía a tres rotwailers mordisqueando mis tobillos cuando desperté lleno de sangre,que rogué por que no fuese mía,en esa extraña,húmeda y oscura bodega o terraza;me gustan los perros pero estos no se ven nada amigables mordisqueando mis converse viejos.
-Bienvenido al bosque del diablo.- escuché la voz gruesa a mis espaldas,donde también tenía mis manos atadas que con nerviosismo intentaba liberar. Temblé.
-Hoy iremos de cacería, si logras salir con vida- uno de los rotwailers me ladró en la cara y pude oler esa combinación asquerosa y apabullante de croquetas y sangre. -Si logras llegar a la carretera antes del amanecer,serás libre de irte a donde gustes; pero- cerré los ojos intentando soportar el aliento del oso o perro sobre alimentado que me estaba ladrando en la cara,un golpe en la tierra los alejó entre lloriqueos y pude escuchar mi corazón,mi sangre subiendo a mi cabeza y como ésta volvía a mi acelerado corazón,me dolían las muñecas de forcejear con lo que sea que me las atase.
-Al amanecer,si alguno de los competidores te atrapa y no puedes llegar a la carretera,entonces ya no existirán en este mundo-. La voz gruesa soltó una carcajada y las unos reflectores enormes me apuntaron... Nos... Otros siete chicos, entre ellos Damon,el bastardo de Damon,atados,igual de sucios que yo,todos mirando a todos sorprendidos y nerviosos,logré liberar mis muñecas pero entonces los vi.
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Vacío.
ContoEntonces mi parte humana desapareció,tomé fuerza y una gran bocanada de aire y corrí,corrí sin mirar atrás,es que simplemente no tenía opción,era mi vida o la de ellos y simplemente corrí...
