Capitulo 1 - El Genio de la lámpara

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Kim Jongdae desde que tenía ocho años con que sueña de poder hacer todos sus sueños hechos realidad cuando su madre le habló de que había un lugar en medio del desierto de Arabia podría encontrar un artefacto muy peculiar, una lámpara, no una cualquiera, sino que una que guardaba a un genio que logró cambiar la vida de muchos años atrás.

Eso era lo que buscaba Jongdae, buscaba encontrar a un genio que lo colmará con riquezas de inteligencia y de la capacidad de hacerse conocido por su buena voz y así fuera la próxima Beyoncé o mejor dicho Ricky Martin.

Por eso que en esos momentos se encontraba guardando las últimas cosas para su viaje a Abu Dhabi, donde tenía planeado cumplir su sueño de encontrar una lámpara y cumplir todos sus deseos. Especialmente por haber estado ahorrando dinero por más de cuatro años sin poder si quiera tomar un café turco en las mañanas frías.

- No puedo creer que hagas esta idiotez - Le dijo Baekhyun mientras le ayudaba a bajar la maleta de su camioneta.

Ahí estaban sus dos mejores amigos que no habían dejado de decirle la mala idea que era viajar con un propósito cómo encontrar un genio y así volverse famoso. Especialmente después de haber desistido de intentar ser un idol para terminar con su carrera de profesor de música en un instituto.

- Cariño, no te preocupes, va a hacer turismo y me va a traer esa alfombra persa que le pedí. No te preocupes, Dae siempre ha sido así de idiota - Río Chanyeol mientras comenzaba a mover el carrito con la mochila grande que llevaba su amigo para poder hacer el chequeo.

- Crean lo que quieran, yo me llevo mi libro de las mil y una noche y espero que por Alá todo suceda como lo tengo planeado -

Baekhyun sintió una molestia en el pecho en el momento que despedían de su amigo en policía internacional.

- Baek no te preocupes - Le susurró Chanyeol en el oído cruzando sus manos en un agradable apretón de manos - Jongdae es idiota, pero no es tonto -

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Cuando se bajó del taxi en la entrada del hotel, todo cambio. Pudo sentir el ambiente seco, el viento que corría y el fuerte sol que pegaba en esos momentos. En un inglés con fuerte acento apareció un botones que con cuidado transportó su mochila mientras él quedaba anonadado en cada centímetro que caminaba. La decoración deliciosa a través de la cerámica era tan detallista que el coreano no pudo evitar sorprenderse de cómo es que un enorme palacio podía esconder detalles tan grandes.

Al entregar la propina al botones se lanzó en la cama viendo como el blanco del techo lo hacían descansar del largo viaje que había tenido. Con suerte había ido hace unos años a Estados Unidos, por lo tanto el viaje de 10 horas realmente no tenía completamente exhausto.

Luego de revisar su ropa, dejar algunas cosas en el ropero y dejar lo esencial en su pequeña mochila. Ya eran las dos de la tarde decidió ir a comer un almuerzo, aunque su reloj recién dijera las nueve de la mañana.

Al llegar al hall de entrada con un short y una polera se sintió un poco incómodo al ver que la mayoría de los hombres en el lugar vestirán sumamente formales. Igualmente, terminó sentado en una de las mesas pidiendo shawarma y un té con azahar con miedo a pedir algo que no le gustara.

Estaba entretenido, porque a pesar de que seguía en Asia, estaba maravillado con los cambios que tenía con su adorada Seúl. En el lugar se entremezclaban hombre de terno y corbata junto a hombres y mujeres con turbantes y hiyab. Por eso al terminar de comer y pagar la cuenta decidió que debía comenzar a preparar su estadía.

Por algo había hecho un camino tan largo, todo gracias a su querida abuela y su romance con un árabe.

Luego de que el hotel le entregara un mapa de la ciudad y una tarjeta con el nombre del hotel y teléfonos del lugar comenzó su travesía entrando a diferentes mercados y volviéndose loco con tantos cachibaches y piedras preciosas que vendían. Cuando llegó a las nueve de la noche a su habitación, con la alfombra persa que tanto le había pedido Chanyeol, unos hermosos aretes para su madre y una serie de condimentos para su hermano mayor. Volvió a lanzarse  la cama, tenía un hambre feroz y guardó las cosas rápidamente para pedir comida a la habitación. Inclinandose por un café con especias y unos Briwat de pollo. Con su estomago ya tranquilo disfrutó de la vista desde la terraza del hotel mientras pensaba en todo lo que había pasado para poder llegar allí.

El Genio de la Lámpara (Chenmin/Xiuchen) #DisneyPrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora