Olvide olvidarte

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Me encontraba sentado frente a una copa de vino, Alec no había llegado a nuestra primera cita... así que había regresado a casa después de esperar un par de horas.

El timbre sonó dándome un buen susto.

Puse los ojos en blanco y fruncí el ceño pero no conteste... no estaba de humor como para atender a mundanos y subterráneos en busca de de alguna invocación o algo así.

El timbre sonó otra vez y dicho sonido me estaba irritando.

Con un chasquido de dedos le hice callar.

Bebí de mi copa e hice aparecer un libro... Cumbres Borrascosas no era mi favorito... pero tampoco era desagradable.

Me reí del chiste privado.

Un repiqueteo de nudillos hizo que Presidente Miau se levantara del sofá y caminara hacia la puerta. Dio pequeños arañazos a la madera y maulló lastimosamente.

Me levanté de un salto y eché un vistazo por la mirilla.

Alec.

Alec estaba al otro lado de la puerta, parecía sofocado, su cabello estaba desordenado y gotas de sudor bajaban por su cuello... perdiéndose en su pecho.

Se veía tan malditamente sexy.

Me mordí el labio al captar todos esos detalles que hacían mi cuerpo reaccionar.

Pasó los dedos por su cabello y tocó el timbre pero este no sonó. Frunció el ceño y lo intentó de nuevo... Muchas veces.

Me reí de buena manera por sus gestos, parecía desesperado y a punto de echar la puerta a bajo. Una parte de mi quería verlo intentar traspasar las barreras me mi magia...

Presidente Miau dio otro maullido lastimero y me miró triste.

Al abrir la puerta Presidente Miau fue más rápido y salió, escaló por la pierna de Alec Hasta llegar al cuello para acomodarse a dormir...

-Hola, muchachote- dijo nada sorprendido.

Alec no se molestó en alejarlo... sólo le acarició la cabeza y lo sostuvo para que no se cayera.

Los mire con ojos sorprendidos. Regularmente Presidente Miau nunca hacia eso con un desconocido... ni siquiera con alguien conocido.

-¿Podemos pasar?- Alec lucia avergonzado.

Me encogí de hombros e hice un gesto con la mano dando un paso a un costado para dejarle pasar.

Escuche un suave ronroneo por parte de Presidente Miau. Ese sonido me recordó a Cuando dormía sobre mi cabello.

Algo en toda la escena me resultaba familiar.

Algo.

Algo definitivamente no encajaba.

Utilice mi magia para cerrar la puerta mientras le seguía.

En mi "pequeña" sala de té pude ver a Alec mirando un portarretrato vacío. Su expresión se torno triste y dolida, claramente era un mal recuerdo.

Fruncí el ceño... ese portarretrato me provocaba la misma sensación.

Sabía que había perdido algo pero no podía recordar lo que era...

-Lo lamento- susurró Alec de la nada y sin retirar la mirada del portarretrato.

-No tienes porque- quise acercarme y tocarlo... consolarlo. -Supongo... no pudiste evitarlo-

Alec no contestó.

Habíamos llegado a un punto muerto.

No sabía qué decir... o qué hacer.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2016 ⏰

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