Craig, Clyde y Token estaban caminando o eso intentaban, todo estaba abarrotado de puestos, algunos elegantes, otros bastante sobre adornados; pero lo que podía sentirse en todo el lugar era una mezcla de deliciosos y dulces aromas que llamaban a la tentación de ir a todos y cada uno de aquellos puestos, aún cuando esto fuese una tarea imposible de realizar, cada vez salía más gente atravesándose a su paso.
Craig pudo ver a Clyde de pronto corriendo entre todos los puestos, Token iba detrás de Clyde, apareciendo y desapareciendo de entre la gente mientras que iba probando de todo lo que las, para disgusto de Token, exageradamente atentas señoritas le ofrecían como muestra gratis.
En poco tiempo cada quien se había ido por su lado, buscando algún delicioso y exótico dulce para comer; a excepción de Craig, quien se encontraba buscando a Tweek, el cual aún no había llegado, o quizás sí pero entre esa gente sería algo difícil encontrarlo.
Craig siguió caminando entre la gente, sin encontrar a Tweek, cuando de pronto una delicada mano se posó en uno de sus brazos deteniendo su camino y al voltear una chica de rostro amable se acercó a él.
-¿No desearía poder decirle a esa persona especial lo que siente?-
Craig se quedó estático; eso era exactamente lo que deseaba hacer, era lo que más deseaba en el mundo.
-Disculpe, ¿qué fue lo que dijo?-
La chica le sonrió de manera cándida mientras que lo conducía hacia uno de los stands, el cual tenía un par de corazones entrecruzados en el marco superior.
~ ~ ~
Tweek con su disfraz de Hannibal Lecter caminaba entre la multitud tratando de encontrar su objetivo principal, Craig. Cada vez se estresaba más de ver a tanta gente y no a su grupito de amigos. Miraba por todos lados y no podía encontrarlos. Colocó una mano sobre su cabello, jalándoselo un poco.
- Hola Tweek - dijo una voz detrás de el
~ ~ ~
La joven había llevado a Craig al interior del misterioso stand, una vez dentro, una anciana lo miró de pies a cabeza sin decir una sola palabra.
-Mira abuela; encontré a uno con el corazón adolorido. Creo que el necesita de tu ayuda más que cualquiera de los otros que han venido antes solo por curiosidad -
La anciana miró entonces a la joven y asintió, luego hizo un ademán a Craig para que este tomase asiento.
Una vez que Craig tomó asiento la anciana se acercó más a él.
-Puedo ver en tu alma el dolor de un amor muy fuerte, un amor puro y sincero. Puedo ver que no eres como los demás, tienes algo especial que te ha hecho alejarte de todos, menos de esa persona. ¿Por qué si es así no te atreves a decirle lo que sientes?, acaso no se quedó a tu lado a pesar de todo. Pero tienes miedo, ¿o me equivoco? -
Craig no se creía lo que le estaba pasando, quería responder algo para irse de allí, lo que fuese. Se estaba sintiendo muy incómodo. Pero por alguna razón no pudo hacerlo.
-No te preocupes, no haré más preguntas. En realidad creo que tengo la solución a tu problema
-
Tras decir esto la anciana le mostró un dulce
Craig arqueó una ceja con una mirada extraña
-No le voy a comprar drogas señora -