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Las respiraciones agitadas se escuchan en el cuarto, Dany otra vez tuvo una pesadilla; siendo la menor de tres hermanas está en un estado de paralización total.
Después de que se escaparan del orfanato la vida no fue lo que se dice buena. Tuvieron que mendigar para comer bocado, las perseguía la policía para llevarlas al lugar que jamás pudieron llamar hogar, buscaban un lugar caliente pues la nevada se acercaba.
Mary, la mayor, era la que en los días más difíciles tenía que ir a buscar comida o ropa para sus dos hermanas menores.
Y por último Andy, la del medio, la que cuidaba de Dany cada que Mary se iba. La vida no era fácil para ellas.
Hasta que una vieja señora las encontró y admirando el rostro desnutrido de las pequeñas las tomó como propias y les dio todo tipo de comodidades, las llevó a su ciudad y les dio la nacionalidad estadounidense así fue como las tres huérfanas llegaron hasta el día de hoy, cada una en su habitación de un tamaño considerablemente grande con todos su gustos favoritos.
Cada una tenía gustos distintos, las dos mayores eran más similares que la menor.
Pero las tres tenían una afición en común y, por lo tanto, un secreto.
Todas tenían un sólo "dios": Adolf Hitler, El Führer, El Canciller, El Líder.
Y para estas jóvenes alemanas, llevadas por la fuerza a los Estados Unidos, llevan en alto la sangre de Hitler en sus venas.

La cafetera suena y es momento de que Andy baje las escaleras y tome el periódico para leerlo, mientras Mary se encuentra desayunando su segundo plato y Dany durmiendo.


¿Recuerdan la señora vieja que mencione al principio?, pues después de 8 años de haber recogido a esas pequeñas, ahora y siempre serán como sus hijas.
La señora Güdjuder. Una señora de cabello blanco, pero tan bien arreglada y saludable a pesar de sus ya 80 años.
La madre adoptiva de las tres chicas, una señora adinerada que podía darles la educación que "toda muchachita debe tener".
Después de 8 años las casi mujercitas estudiarán una carrera, la misma carrera que les permitirá llevar a cabo su propósito.

- Hey, Dany ya despierta- dice la señora Güdjuder.
- ¡Quién diría que su pequeño cerebro las pondría en el mismo grado!
- Nadie, pequeña Mary. Esas niñas están muy adelantadas, pero mejor para mí, las tres en un mismo colegio, y un mismo grado. Espero que escojan la misma carrera.
- Lo haremos- dice Andy bajando las escaleras ya lista con sus mejores ropas.- Lo hemos estado planeando desde hace años, madre.
— ¿Por qué hacen tanto ruido? — pregunta Dany bajando las escaleras, aún con la pijama puesta.
– ¿Qué crees que estás haciendo? – preguntó Mary exaltada pues siendo el primer día para iniciar la universidad era el asunto de más suma importancia para la mayor de las tres.
– ¿No es obvio? Estaba dormida, y a mis dos hermanas se les ocurre dejar mil alarmas en mi habitación todo ¿para que?.—dice frotándose los ojos y dirigiéndose al baño.
– No sé, será porque hoy es lunes y, por lo tanto, el primer día de clases.— dice Andy con su común sarcasmo.
Tras oír dichas palabras Dany muestra su cabeza por la puerta del baño con una expresión de terror y su cepillo de dientes en la boca.
– ¿Es hoy?— pregunta ingenuamente.
–Si, es hoy querida.— dice suavemente la señora Güdjuder— Tus hermanas ya están preparadas, sólo faltas tu—
— Pero si yo ya estoy lista— dice observando su pijama y sus zapatos bajos de color negro.
–¿Estás bromeando? —dice Mary, quién llevaba puesto su mejor traje formal.
– A mi parece un lindo estilo —dice Andy quien siempre había apoyado las descabelladas ideas de Dany.
– Como quiera— dice Mary resignada— Al fin y al cabo ya llamará mucho la atención pues sólo tiene 16 años.

Y así fue como la tres hermanas partieron a la universidad, Mary manejando, Andy al lado y Dany tomando una siesta en el asiento trasero.

– Saben que nos tocará en el mismo grupo por el apellido ¿cierto?— pregunta Mary tras cinco minutos de viaje.
– Lo sabemos y eso no será problema, siempre hemos estado en el mismo grupo, excepto un año en el que te atrasaste, tu ya hubieras entrado hace un semestre— dice Andy acomodando su bolso.
– Lo se, ahora, necesito que me presten suma atención—dice pellizcando a Dany quien ya estaba roncando
— ¡Diablos! Eso dolió. ¡Otra vez!
– Basta de bromas— dice Mary frenando en un semáforo— Es una nueva escuela, ya llamarán la atención por ser adelantadas, sólo quiero que se mantengan al margen, estaremos juntas como siempre, en las buenas y en las malas, en las muertes y en los asesinatos. ¿Comprenden?
Las dos chicas asienten y el silencio se disipa en el auto.
Dany se cepilla el cabello y se maquilla un poco, Andy escribe anotaciones sobre el camino como acostumbra y Mary simplemente maneja.
Al llegar al instituto lo primero que notan es la variedad de chicos y chicas que hay, algunos "grupitos" ya formados se reúnen alrededor de los autos como cualquier película basura de adolescentes, las tres chicas sólo pensaban en cuantas formas distintas podrían utilizar para torturarlos, pero debían mantener el margen.

Al bajar del auto miles de ojos se posaron sobre ellas, era muy difícil el ingreso en dicho instituto y ellas lo habían hecho con el mejor promedio de la escuela, para el grupito de "nerds" eran una amenaza, para las chicas "guapas y populares" otra, para los "deportistas" otra, pues la menor de ellas era aficionada a los deportes, en fin, eran la amenaza más peligrosa en el instituto, algunos intentaban llevarlas a sus "grupitos" pero ellas tenían un plan: mantenerse al margen, y no encariñarse con sus próximas víctimas.

Caminaron por el pasillo ignorando a todos y concentradas en instalarse, por desgracia el casillero de Dany estaba lejos que el de sus hermanas, y tenía que caminar sola por tres pasillos para llegar a él.
–"Comenzaré matando a quien acomodó los casilleros"—pensó Dany metiendo su bolsa al casillero.
Después se dirigió a donde sus hermanas y juntas se fueron a su primera clase.

.....

El descanso llegó, la cafetería tenía un buen menú, pero por desgracia, las "nuevas" no tenían dónde sentarse.
Las "populares" llamaban a Andy que era la más bonita de las tres, a Mary la llamaban las del laboratorio de ciencias pues les había agradado en la clase que tuvieron, sin embargo, Dany prefería comer sola, leyendo algo, o simplemente imaginando a cada uno de ellos sin cabeza o con un trapo en la garganta.
Las hermanas siguieron su plan y se sentaron las tres juntas en una mesa al fondo, en todo el camino a esa mesa ninguno les quitaba la mirada de encima, pero cuando al fin llegaron, se encerraron cada una en su lectura.
Dany leía "mi lucha".
Mary leía "los miserables".
Y Andy leía"historia de las torturas".

La lectura estaba tan interesante que ninguna se dio cuenta, ni escucho, ni se enteró de lo que en la mesa de "las populares" estaban diciendo.
– Se lo que les digo, esa es una pijama, y ¿libros?¿quién lee libros ahora?
Ese comentario de la "chica más linda en la escuela" provoco las risas de todos los que escuchaban a la líder de porristas.
– Tienes razón, es una pijama, la pobre está tan fea que se pone esa ropa para que no se centren en su cara, sino en su estúpido vestuario—
Después de que las tres chicas hubieron acabado su almuerzo se levantaron casi simultáneamente y sin despegar la mirada del libro dejaron su bandejas y salieron de la cafetería.
– Si no fueran tan distintas diría que son gemelas– dice una chica que estaba sentada en la mesa de los "populares"
—Trillizas, estúpida, trillizas —dice la chica más "linda" en la escuela, de nombre Eradín.
En realidad era la más envidiosa y la más ignorante, lo peor era que en cada clase que las tres chicas iban, Eradín estaba ahí, haciendo preguntas tontas, y pintándose a cada momento, las chicas jamás habían odiado a nadie, pero en esos momentos odiaban mucho a esa chica, por ser tan arrogante y creerse tan especial.

...

Por fin, el día acabó.
Subieron a su auto mustang del 68 rojo y se fueron a su casa donde su madre las esperaba.

– Quiero quitarle la cabeza— grita Dany tras llegar a su casa y abrazar a su madre.
– Tranquila, Danny— dice Mary tratando de sonar madura— se que es irritante y odiosa pero tranquila-
–¿De qué hablas?— pregunta Andy
– Estoy hablando de Eradín— dice Mary como si fuera lo más obvio del mundo.
– Si, es irritante, pero ya no queda nada que hacer— dice Dany— madre, ¿me dejas cortarle la cabeza?.
La señora Güdjuder se echó a reír y la beso.
– Pequeña, las personas somos diferentes, eso nos hace interesantes, algunas poseen una grandiosa inteligencia, otros son lentos para todo—
–Lo se mamá, pero algunas personas necesitan un suave masaje con un hacha en la espalda ¿no lo crees?
–Hija— y se echó a reír.

Las tres niñas se durmieron cada una en su cama, y así hasta el día próximo.

Las Hijas de Hittler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora