A que lloviera.

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Austin POV's.

— Sam... Sam...

Luego que Sam se fue no pude deternela, estaba muy decidida y yo debía salir pronto al juego.

Ruido por todos lados, el público gritando animando el ambiente, junto con las animadoras y la euforia que nos rodeaba. Bueno más a ellos que a mi, no podía dejar de pensar en Sam y lo sucedido anteriormente.

Lanzaba el balón, mientras ubicaba con la vista donde se encontraba Sam sentada entre la gente.

— Austin, ya hablé con Blain y asegura tu futuro en la UCS si juegas bien este último partido. — dijo mi padre con orgullo, como si la Universidad en ese momento fuese la gran cosa.

Luego se fue.

Minutos después comenzó el partido final.

Sam POV's

Nos sentamos, Cárter y yo, en las bancas para ver el partido.

Veía a todos desde el lugar en que me había sentado.

Comenzó en partido y la euforia que abundaba era inmensa, todos gritando, riendo, festejando cada una de las anotaciones de los chicos.

Faltaba una anotación para el final y así ver quien ganaba, fue cuando el equipo de fútbol se reunió en la cancha para poder trazar su plan de juego y así poder ganar, pero hubo algo que me hizo estremecer y cambiar de opinión, del porqué estaba ahí; tal ves la única razón era para poder ver a Austin por últimas vez o sólo por que lo deseaba, no lo sé, pero una razón lógica debía haber.

Todos comenzaron a gritar el nombre de Austin; yo los oía sin hacer nada, pues todos se habían levantado de sus asientos para apoyar a los jugadores y no paraban de llamar a Austin.

El ambiente para mi no era el que yo deseaba, no aguanté más.

— Cárter, creo que podré soportarlo — dije, evitando que las lágrimas se salienran de mis ojos.

Él vio mi preocupación, o talvez mi rostro que no era muy bueno en esos momentos.

Me sentía mal y no podía evitarlo.

— Bueno... ¿Sabés que? Yo te puedo decir luego como quedaron.

Me abrazó y caminé entre la gente te para salir de ahí, tardé más de lo que pensé ya que todos obstruían mi paso.

Austin POV's.

— Último juego, última anotación para ganar, chicos. — dije de rodillas ante los chicos.

Estaba cansado, pero sólo eso faltaba para ganar.

Vi al entrenador, quien me hacía señas con más manos para formar la siguiente trazada que debíamos seguir, pero al ver sobre su cabeza, el asiento
de Sam estaba vacío y ella caminaba entre la gente para irse del campo de fútbol, me desconcertó.

Voltee hacia los chicos; ellos me observaban muy atentamente sabiendo que algo estaba mal.

— Lo siento chicos — dije me levanté de donde estaba y corrí hacia Sam, pero alguien me detuvo, era mi padre.

— Austin ¿Que estas haciendo? Arruinas tu sueño. — su mirada era molesta.

— No padre, más bien el tuyo — dije sin vacilar y me dirigí hacia Bryan. — Esta es tuya — dije entregándole mi casco.

Oí como el entrenador le gritaba a que entrara al campo. Todos me gritaban.

Mi padre, las animadoras. Era un desastre.

Definitivamente no dejaría que Sam se fuera de nuevo.

Subí los escalones y me encontré con ella, me miró sorprendida.

— Austín ¿Qué... Qué estás haciendo? — pregunto confundida.

Sonreí.

— Algo que debí hacer desde hace mucho tiempo. — dije y la besé.

Sus labios aceptaron y de pronto me abrazo por el cuello. Una gota de agua me cayó en la mejilla, paré de besarla y levante mi cabeza y comenzó a llover.

— Lo siento por esperar a que lloviera.

— No importa — sonrió cerca de mis labios y la volví a besar.

Todos gritaban. No sabía si celebraban o se preocupaban de que se estaban mojando.

¡¡Anotación!! Los sapos peleadores ganan.

Era un hecho habíamos ganado y yo pude tener por fin a mi princesa.

Una Cenicienta ModernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora