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Maddison POV.

Estábamos a principios de Julio. El sol pegaba muy fuerte, las clases habían terminado, tenía ahora una pequeña pausa. Pensaba en gastar mis ahorros en un viaje con Christian y mi abuela, nos caería demasiado bien viajar y relajarnos. Estaba emocionada por ello, mi relación con Crhistian iba cada vez mejor, estaba en una pequeña etapa en la que sentía que tenía lo suficiente, que nada lo arruinaría, así me sentía. Mi abuela dice que no he tenido una vida fácil, que no puede creer tanta fortaleza que mantengo, sin embargo yo no me siento fuerte, simplemente disfruto cada diminuta cosa, cada oportunidad, incluso a cada caída le doy el lado bueno.

Estábamos a casi dos cuadras de llegar a mi pequeña y cómoda casa, la extrañaba. Había sido un día difícil en la universidad. Cada vez me exigían más y más, y a veces estaba a punto de rendirme, pero entonces me recordaba la razón por la que empecé y simplemente se me pasaba. Tener a alguien que me aliente, que me acompañe, y que no me deje caer como lo hace mi novio y mi abuela, me basta.

Tenía tanta sed que en cuanto estuve frente a mi casa, corrí hasta ella y abrí desesperadamente. En cuanto entre un espantoso ruido, proveniente de la cocina, retumbo por cada pared. Corrí enseguida a ver de qué se trataba. Mi cuerpo se paralizo por un momento. Mi abuela estaba en el suelo, y al acercarme sus manos estaban completamente frías. Algunas lágrimas salieron de mis ojos, pero con la fuerza que me quedaba llame de inmediato a una ambulancia.

La ambulancia, no tardó en llegar, pero ya nada se podía hacer. Un paro cardiaco, había terminado con la vida de mi abuela. Juraría que mis sollozos se escuchaban a dos cuadras. Mi pecho dolía. Lo había perdido todo, ya no me quedaba nada. Mi abuela era mi otra mitad, la razón por la que cada vez mostraba lo mejor de mí. ¿Ahora que are sin ella? Era la única persona a la que consideraba familia. Sin embargo Michelle tenía todo el derecho de enterarse de la muerte de su madre, a pesar de que no lo mereciera.

Eran las 7:00 de la noche. Todo ya estaba listo. Muchas personas estaban aquí. Todos los vecinos la adoraban, ella era un ángel. Christian no había soltado mi mano desde la tarde, estaba aquí por mí. Todo esto era mucho para mí, no sabía cómo reaccionar. Decidí salir a tomar un poco de aire al jardín. No había tantas personas como adentro y eso me hacía pensar un poco mejor. Creía que Michelle no se presentaría, pero mi idea cambió al ver una camioneta estacionando frente a mí. De ella salió Michelle, con un vestido color negro escotado como siempre suele usarlos, y una chaqueta del mismo color, la única diferencia eran sus tacones altos de un rojo muy llamativo. Éramos tan diferentes. Pero ella no llamó mi atención, si no la persona que la acompañaba. Sus ojos eran penetrantes, su cuerpo era perfectamente fornido. Sus facciones eran perfectas. Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo, y me hizo estremecer. ¿Qué rayos me sucedía? Salí de mi pequeño transe al escuchar la odiosa voz de Michelle.

-¿Qué fue lo que paso? - pregunto fría.

-Un paro cardiaco... Eso fue. – dije sin ánimos.

-Tú fuiste la única responsable, acaso no ganas lo suficiente como para haber podido pagarle sus medicamentos. Eres estúpida, todo fue tu culpa. - dijo gritando.

-La única estúpida aquí eres tú, ni siquiera aportabas un poco de dinero para su bienestar y te quejas de mí, eres estúpida Michelle. Ni siquiera merecías ser su hija. – dije enojada y dolida a la vez.

Su mano abofeteo mi cara. Y aunque me doliera, mi orgullo era más grande.

-Es lo único bueno que sabes hacer, lastimar. Eres una basura, la más grande que he pisado. Bien sabes que lo que digo es verdad, y te duele, pero que te quede algo bien claro, si algo tenemos en común es el carácter. Pero soy mejor que tú. – dije escupiendo con odio. Me di la vuelta y entre. Siempre tenía que arruinar todo, y hasta en este día, en que él se supone que teníamos que estar unidas.

Ya era muy tarde, ya habíamos enterrado el cuerpo de mi abuela. Todos me daban fuerzas, pero no servían de mucho. Michelle se había hecho a un lado, parándose solo en una esquina con su esposo. Le reste mucha importancia. Cuando ya no quedaban personas, incluyendo a Christian, el cual miro de una manera extraña a Michelle. Decidí ir a dormir, pero aún estaba la odiosa de mi madre. Se me acerco y me habló decidida.

-Vivirás con nosotros.

-¿Estás loca verdad? No iré a ninguna parte contigo. – dije enojada.

-Pues lo aras, te guste o no. Venderé esta casa, ya no hay razón para conservarla. –dijo recogiendo su bolso.

-No venderás nada. Esta no es tu casa y nunca lo fue.- dije mientras la tomaba del brazo.

-Soy madre Maddison y yo decido lo que se hace. - dijo mirándome con desprecio.

-Ahora si eres mi madre ¿no? Hubiera preferido mil veces que te hubieras muerto tú, y no mi abuela. – dije con odio.

El silencio invadió cada parte de la habitación. Esas palabras le habían dolido. Pero no me arrepentía, realmente prefería que ella estuviera muerta y no mi abuela. Sin decir más salió. El único que quedaba era su esposo.

-No eres muy joven para ella. – pregunte con descaro.

-Tal vez. Por favor Maddison, ven a vivir con nosotros, tú vende la casa si quieres, pero ven con nosotros. –dijo el con media sonrisa.

-No pienso vivir con un mounstro. Tu eres agradable, ella no. No lo soportarías. – dije sincera.

-Ella casi no está, por eso no te preocupes, pero por favor ven. – dijo dándome su mano.

-Ni siquiera se sobre ti, no puedo ir. – dije dándole la espalda.

- Soy Liam, Liam Payne. Prometo que tu estancia en mi casa, será muy agradable.

Hizo que por un momento lo dudara. Pero el comenzaba a caerme bien, no era como Michelle. Me di la vuelta mirándolo a los ojos. Esos ojos se habían robado toda mi atención.

-Está bien, pero no será esta noche. Tengo mucho por hacer aún. Dame la dirección y mañana por la tarde estoy hay. – dije con una sonrisa torcida.

- No te preocupes por eso. Mañana en la tarde vengo por ti, ten listas tus maletas. Hasta entonces Maddison, descansa. – dijo depositando un tierno beso en mi mejilla, para después salir.

Jamás me había sentido tan tranquila. Solo había sido un pequeño beso en la mejilla. Significo mucho, jamás me había sentido tan protegida. Asome mi cabeza en la ventana, y vi como la camioneta se alejaba poco a poco. Me di la vuelta y me dirigí a mi habitación a llorar.

Liam POV.

Había salido de la casa de Maddison. Sabía que era difícil, su abuela era todo para ella. Michelle me ignoraba como siempre solía hacerlo, por más que tratara de ser lindo, no funcionaba ahora, al principio sí. Ya no estaba enamorado. Pero esta tarde, algo en mi despertó. Esa mirada celeste tan hipnotizan te, me perdió completamente. Ahora sonreía, tendría un poco más de compañía.


Loock Small / Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora