31 de octubre

capítulo 5

El psicólogo no volvió a visitarme,esta vez lo hacia una otra enfermera nueva, llamada Luna.

Ella se parecía un poco a mi, se reía por todo.

Un día ella me empezó a hablar de su familiar y laboral, pero no de lo sentimental; así que decidí preguntarle.

- Y en el amor ¿ cómo te ha ido?

Ella sonriendo coqueta y simpática, me dijo.

- sólo te voy a decir algo.
Una vez le pregunte a un esquizofrénico. ¿Qué es el amor?
A lo que el respondió.
El amor es una forma de destrucción, sin embargo las personas siempre buscan lo que les hace daño. Por eso soy así, "loco", porque prefiero matar todo tipo de sentimiento que matarme a mi mismo.
Desde ese día en que ese sicópata me dijo eso, decidí enloquecer también, literalmente.

- pero, no te entiendo. Respondí.

-¿ que no entiendes? la parte en la que hable con el esquizofrénico o en la que decidí ser feliz aunque eso signifique estar loco.

- que esquizofrénico más romántico. Dije con ironía.

- romántico no, realista. Dijo Luna sonriendo de nuevo.

- lo que no entiendo es porque le preguntaste a un loco.

- ustedes son simplemente locos, las personas en buen estado no sabrían responder, porque ellos a veces se siegan a la realidad y soportan todo lo malo del amor, los locos son realistas y hay que estar loco para comprender esa realidad.

- tú la entiendes. Insistí.

- claro que si, por algo soy enfermera de locos.

- pero eso no tiene nada que ver, tú pareces en buen estado.

- no te creas todo lo que ves, lo parezco pero no lo soy, yo también he pasado por muchas cosas, pero logre superarlas.

- pero como lo hiciste. Seguí insistiendo.

- las limitaciones sólo las pone tu mente, es que lo puedo decir.

En ese momento luna salio de la habitación.

Me quede pensando sobre lo que me había dicho, por primera vez me sentí bien hablando con alguien que no fueran mis amigos demonios.

Ahora luna era con la persona con la que quería hablar todo el tiempo. Quería saber todo de ella, que hacia, cual eran sus gustos. Absolutamente todo lo quería saber.

Luna no me visito en una semana. ¡maldita sea! Como me molesto. Grite, llore y hasta me golpeé. Sólo quería ver su sonrisa.

Ella decía que estaba loca porque era feliz y eso me encantaba.
Dicen que para un loco siempre existirá una loca y yo ya la había encontrado.