CAPITULO III

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El apartamento estaba totalmente destruido, los muebles estaban desordenados, los cajones abiertos y vacíos. Entramos a las habitaciones y estaban destruidas, la ropa tirada por el suelo y las camas desarmadas.

-¿Pero qué demonios está pasando aquí?- Dije con un tono entre asustado y enojado.

-Al parecer se trata de un robo- Dijo Susan- Deberíamos revisar la casa para ver que falta.

-Sí, yo llamare a la policía. Alguien podría estar aquí todavía- Dije.

-Aja, mientras tanto te ayudaré a organizar este desorden cariño- Dijo Susan mientras entraba en mi cuarto.

Me dirigí hacia la cocina donde estaba el teléfono, cuando lo descolgué me di cuenta de que no tenía tono, revisé los cables y desafortunadamente estaban cortados. Pero me acordé en ese momento que teníamos un teléfono en la caja fuerte que estaba en la habitación de mi padre por alguna emergencia.

Fui hacia la habitación, Abrí la caja fuerte y estaba allí el teléfono. Marqué el 911 y de inmediato me contestaron.

-911, ¿Cuál es la emergencia?- Dijo una mujer tras la línea.

-Emm...Sí lo que pasa es que han entrado en mi casa y la han desordenado totalmente creo que se trata de un robo y tengo miedo de que aún halla alguien- Respondí.

-Okay, este usted tranquilo y no revise ninguna de las habitaciones hasta que llegue el oficial de policía. En cinco minutos estará con usted- Respondió la mujer.

-Está bien. Muchas gracias- Respondí mientras colgaba.

Salí de la habitación de mi padre hacia la mía para hablar con Susan.

-¡Susan!- Grité- Pero no había respuesta- ¿Susan?

Fui hacia mi baño y abrí la puerta, allí estaba Susan sentada y llorando en el suelo, al parecer tenía un poco de sangre en su rostro.

-¿Que pasa cariño?- Dije mientras le apartaba el cabello de su rostro.

-Me he caído- Dijo llorando.

-¿Y cómo?- Dije- Respóndeme.

-Sentí que alguien me empujó.

-¿Pero quién?

Cuando Susan estaba a punto de responderme sonó el timbre, entonces me dirigí hacia la puerta rápidamente pues sabía que debía ser la policía. Cuando abrí la puerta había un oficial allí, era alto de contextura gruesa, musculoso algo pálido, de unos 50 años y una mirada muy profunda ¡claro era un policía, que más podía esperar!

-Buenas noches- Dijo- soy el oficial Gordon Fox.

-¿Qué tal oficial?- Respondí estrechando su mano.

-Muy bien, ¿qué ha pasado?- Preguntó sin más preámbulo.

Hice pasar al oficial y le ofrecí un vaso con agua mientras le contaba lo sucedido, él se dirigió hacia mi habitación y allí estaba Susan, tumbada en el suelo con unos rastros de sangre.

-¡Mierda!- Grité- ¿Que ha pasado cariño?

-Chico, hay que llevarla a un hospital. Ayúdame a bajarla a la patrulla- Dijo el oficial Fox.

Susan no respondía pero estaba respirando, de inmediato el oficial y yo la bajamos por las escaleras del edificio hacia la calle donde estaba la patrulla. La acostamos en las sillas de atrás y yo subí al puesto del copiloto, el oficial se subió rápidamente y emprendimos camino hacia el hospital.

Almas Hechizadas [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora