CAPÍTULO XI

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Sara abrió la puerta lentamente, Kaodou no se había dado cuenta aún o eso creíamos, entramos totalmente en la habitación y cerramos la puerta de repente Kaodou sin si quiera mirarnos nos dijo:

-¿Quiénes son ustedes?

-Tranquila no te va a pasar nada- Dijimos Sara y yo al mismo tiempo.

La niña se giró hacía nosotros con su varita en la mano derecha y una daga en a otra.

-¿Qué quieren de mí?-Preguntó-Pronto seré la reina de la nueva orden.

-De eso veníamos a hablarte- Dijo Sara.

Me acerqué a Kaodou y me senté con ella en la ventana, ella me miraba con total serenidad sin ningún gesto en su rostro.

-Yo soy Julius Smith- Dije extendiéndole la mano sin ser correspondido.

-¿Smith?- Dijo- Esa familia no es bienvenida en mi casa

Kaodou puso su varita en mi cuello, en ese momento o pensaba como mi vida estaba en las manos de una niña de nueve años, pero no solo mi vida sino el futuro e toda la nueva orden.

-Tranquila Kaodou- Dijo Sara- Solo venimos a hablar.

-Mi padre me advirtió sobre esto me dijo que unas personas querrían quitarme el poder.

-¿Qué podía saber esa niña de lo que es el poder?-Pensé.

-Venimos a salvar nuestro pueblo y el tuyo, mira, tu aldea no depende tanto de esto como nosotros dependemos de que Julius tenga el Liquoris Potestate- Dijo Sara.

-Así que vienen a mi aldea, matan a mi padre, me quieren quitar el poder y quitarme el Liquoris Potestate en un procedimiento donde tal vez pueda morir. Muy interesante- Dijo Kaodou mientras acariciaba su daga.

Me puse de pie y me dirigí hacia Sara, teníamos que pensar en otra cosa.

-¿La matamos?-Pregunté.

-No podemos, podría dañarse el líquido-Dijo Sara.

-¿Y si la noqueamos?- Propuse.

-Es una niña de nueve años Ryan.

-Por como habla parece de treinta- Dije.

-Tenemos que decirle algo que la convenza y que la conmueva.

-Pero no tenemos mucho tiempo Sara.

-Déjamelo a mí, lo haré a la fuerza pero sin dañarla- Dijo Sara acercándose a la niña.

Sara se sentó frente a Kaodou estaba hablándole, yo no estaba prestando mucha atención a lo que le estaba diciendo pues estaba concentrado en lo que estaba haciendo Sara con sus manos en la espalda.

Sacó su varita del bolsillo e hizo aparecer en su espalda muy suavemente un recipiente de vidrió pequeño donde podía leerse una inscripción que decía Liquoris Potestate y algunas cosas más que no alcanzaba a leer. Cuando la niña estaba más distraída insertó el recipiente en su medula espinal, la niña de inmediato se desmayó, y un líquido gris empezó a llenar el recipiente.

-¿Estará bien?- Pregunté.

-Esperemos que sí.

-¿No se dañará el líquido?- Pregunté.

-No, el frasco está hechizado.

-¿Puedo verlo?

-Claro- Dijo Sara entregándome el frasco.

Miré el frasco y aquel líquido generaba algo de misterio, era algo aceitoso y pareciera que tuviera vida pues se movía por si solo en el frasco como si quisiera salirse de ahí.

Almas Hechizadas [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora